Artículo de Opinión: Caso Expresidenta del PANI
(Por *Federico Grandoso) – Desde el inicio de esta administración, muchos anticiparon que nos esperaba una montaña rusa de emociones y desafíos.
Artículo de Opinión: Caso Expresidenta del PANI
La sociedad costarricense había alcanzado un punto de saturación; anhelaba cambiar una narrativa que mostraba un gobierno que solo destacaba a las minorías en actos públicos, pero que mantenía estrechas relaciones con grupos como el de Tibás.
Hoy, la administración en funciones ha abordado temas que resuenan profundamente en el tejido social de Costa Rica. Se ha revelado que ciertos poderes, operando en la sombra, desempeñan roles más determinantes de lo que la población desearía admitir. La evidente frustración de ciertos grupos por no ver a su candidato en Zapote, manteniendo un status quo, es palpable.
Pero es esencial que no nos concentremos solo en los poderes más evidentes; hay actores en escena que también juegan roles significativos. Es imposible obviar la postura de algunos diputados, en especial los del Frente Amplio. El Diputado Robles Barrantes, por ejemplo, ha demostrado un interés peculiar en confrontar directamente a la presidencia. Aunque su constante presencia en medios tiene impacto, algunas de sus intervenciones sugieren dudas sobre su objetividad y discernimiento.
La semana pasada, otro episodio se suma al drama político. La ex Presidenta Ejecutiva del PANI, asociada al doloroso caso de una bebé desaparecida, fue llamada a declarar. El 21 de junio, la comisión de derechos humanos la citó para obtener respuestas sobre su gestión y su respuesta ante los eventos que afectaron a la niñez costarricense. En este contexto, la señora López Fuscaldo se ha unido a la lista de exfuncionarios que, tras ser citados por el FA, responsabilizan al Presidente de la República.
La sociedad costarricense muestra signos de fatiga ante estos constantes espectáculos mediáticos, repletos de acusaciones sin base firme.
Resulta alarmante que, casi rutinariamente, alguien se presente ante la Asamblea Legislativa con denuncias sin pruebas tangibles. Esta dinámica compromete la imagen internacional de Costa Rica; la inestabilidad política desalienta inversiones y socava la confianza empresarial.
Costa Rica merece más que este teatro político. Es imperativo que, como sociedad, dejemos de lado la distracción y trabajemos juntos para construir un país más próspero y justo para todos.
*Federico Grandoso L, Cedula 1-1133-0937