Tica en EEUU describe su navidad
En esta fecha tan especial, El Guardián se dio a la tarea de localizar a una costarricense que vive en Estados Unidos para que nos cuente un poco acerca de cómo se vive la navidad en ese país.
La costarricense llamada Úrsula Amaranta, una valiente especialista que se desempeña en el cargo de asistente de pacientes e incluso atiende pacientes positivos con COVID-19. La costarricense vive en el estado de Connecticut y decidió realizar su sueño americano desde hace poco más de tres años que se fue a vivir al país norteamericano.
Sus deseos de cambiar de aire así como el tener su residencia aprobada estando en nuestro país, fueron el principal motor de la costarricense para poder migrar, así como poder encontrarse con su madre y su hermana inicialmente.
Actualmente su mamá vive en Nueva York y su hermana en Arizona lo cual por distancia equivale casi a que vivieran en países diferentes si lo comparamos con el tamaño de Costa Rica.
Según nos contó la costarricense en años anteriores había preferido pasar el fin y principio de año en Costa Rica, sin embargo, éste año marcó la excepción.
Al preguntarle como describe la diferencia de pasar navidad en Costa Rica a Estados Unidos fue enfática «aburridísimo» quedarse allá, principalmente porque se encuentra lejos de su familia y amigos, ya que únicamente vive con su hija Camila, quien tiene 17 años de edad y es ciudadana americana.
El tener una hija americana no ha implicado ningún beneficio para Úrsula, pues debe realizar todos los trámites migratorios no la ha beneficiado «en nada» explicó. Otro dato que agregó es que particularmente ella nunca ha recibido discriminación, lo cual dejó muy claro.
La comida
La pasión por los tamales nunca se pierde, a pesar de encontrarse lejos nos contó que puede comprar tamales en el Mini súper, los cuales son elaborados por algún latino agregó.
Por otro lado, nos contó que puede adquirir una piña de tamales por el equivalente a ¢1 500 aproximadamente sin embargo agregó que en otros lugares el costo es un poco más elevado.
Por otro lado, conseguir salsa inglesa con las marcas que prefieren los ticos es posible, sin embargo, nos contó que el año pasado compraron 20 botellas además de «café pero un montón», por lo que aún tiene en su despensa.
Navidad modo COVID-19
Con el COVID-19 la navidad ha cambiado hasta en la forma de vestir sino en diversas medidas que esto implica. Aseguró que se vive cierto nivel de temor a raíz de esta enfermedad y que le llama la atención el nivel de dependencia de las noticias que han generado los norteamericanos en comparación a años anteriores.
Otro dato es que a pesar del temor que expresa la población, las personas continúan en la calle, eso sí… con mascarilla y actualmente no hay confinamiento.
Cuando le consultamos por la vacuna, confesó al Guardián varios puntos:
- La vacuna es gratuita.
- El opcional.
- Todo el que sea vacunado al menos en el caso de Pfizer (la misma de Costa Rica) debe firmar un documento con el cual no hay responsabilidad por ningún efecto adverso ni mucho menos la muerte.
Incluso comentó que ni siquiera las aseguradoras quieren hacerse responsables por los efectos adversos que la misma pueda tener.
Cultura
Según nos comentó los portales o pasitos casi nadie los tiene en su casa incluso en el hospital para el que labora (el cual prefirió reservarse el nombre), éste año ni siquiera colocó arbolito, lo cual refleja el cambio que van teniendo los americanos.
Respecto al tema de Santa, aseguró que es otra costumbre que se ha ido perdiendo y que actualmente solo conoce una familia que conserva la tradición.
Sin embargo, afirmó que se puede encontrar los parques decorados con motivos navideños pero que por la lluvia y la nieve, la mayor parte de la gente se queda en su casa.
Finalmente Úrsula decidió compartir un mensaje aplicable a cualquier temporada del año:
«Que no tengan miedo a nada, traten de vivir la vida al máximo y que cultiven la espiritualidad y busquen siempre la verdad», finalizó la costarricense.