¿Somos realmente libres?
(Por MSc. Jacqueline Pérez Navarro El Guardian) – La libertad interior es una cualidad que nace desde lo más profundo de cada persona, es la capacidad de pensar cómo se quiera y de soñar con lo que se desea. El lograr una plenitud en la vida está ligada a una íntima sensación de libertad, una libertad interior que, en realidad, es la más genuina.
Por otra parte, la libertad debe estar basada en el respeto de sí mismo, a los demás y a la dignidad del ser humano.
¿Cómo lograr la libertad personal?
Tenemos la vivencia de Víctor Frank, psiquiatra de origen judío que paso tres años en campos de concentración. Sus padres, su hermano y su pareja embarazada fallecieron a manos de los Nazis.
Un día, completamente desvalido en una habitación fría, descubrió lo que luego llamaría “la libertad humana última”, la única que los nazis no le pudieron quitar. Se dio cuenta que podían maltratar y destruir su cuerpo, pero no podían penetrar su conciencia; ese lugar íntimo en el que cada persona experimenta su esencia y la sensación directa de existir.
Desde esa libertad, Frankl optó por visualizar qué haría cuando saliera del campo de concentración. Se imaginaba volviendo a dar clases a sus estudiantes de psiquiatría, explicándoles qué había aprendido a través de esta experiencia. La libertad de imaginar no se la pudieron quitar.
Los Nazis tenían todo el poder extremo, pero supo mantener su poder personal, es decir, su libertad interior.
Después que salió de los campos de concentración, fue capaz de crear una corriente de psicoterapia que se destaca por el optimismo ante la adversidad, la cual sigue siendo de gran actualidad.
En el libro El hombre en busca de sentido, Frankl rescata mucho la proactividad como competencia, ya que es la capacidad de que cada persona se responsabilice plenamente de sus propias vidas, de las emociones y acciones, en vez de culpar a los demás o a las circunstancias.
¿Qué es ser una persona proactiva? Es poder tomar conciencia de la propia vida, saber que aquello que puede llegar a afectar de verdad, no es lo que llega del exterior, sino cómo se percibe y cómo se vivió en experiencias pasadas, es decir, toma la iniciativa su propia vida.
Recomendaciones hacia la libertad.
Desde la libertad personal, se puede entender la vida como un proceso continuo de autorrealización, en el que a cada momento se puede elegir.
Decisiones con consciencia: en lugar de decisiones automáticas basadas en la seguridad y el miedo.
Escuchar la propia voz: la única persona que tiene que aprobar lo que usted hace, es usted misma. Es importante trabajar en las voces introyectadas de la familia, la sociedad, el sistema educativo, la autoridad o la tradición.
Siembra pensamientos sanos: “siembra un pensamiento y cosecharás un acto. Siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino”.
Esta antigua frase explica muy bien la importancia de trabajar pensamientos sanos que aporten al crecimiento personal.