¡Qué mala suerte tengo! ¡Nunca me salen las cosas bien!

(Por Jacqueline Pérez Navarro, El Guardian) – Cada persona tiene una respuesta diferente ante las dificultades de la vida. En muchas ocasiones se tiende a que el enfoque sea los demás, la suerte o el destino. Sería interesante analizar que se hace o se deja de hacer para que ocurran las mismas experiencias.

Tico que se respeta ahorra agua

Algunas veces parece que las historias se repiten o que acontecimientos se asemejan a otros ya vividos, (acontecimientos no placenteros), esto puede pasar con relaciones sentimentales, laborales, familiares, amistades y demás.

Según Albert Einstein “Locura es hacer siempre lo mismo y esperar resultados distintos” algunos pretenden conseguir resultados diferentes, pero ¿qué se hace al respecto?, ya que se puede llegar a una zona de confort, sin satisfacción.

¿Cómo dejar de tropezar con la misma piedra?

Los patrones de actuación son automáticos en el ser humano, no son fáciles de cambiar, pero sí se puede. Es muy importante tener la intención de transformar e iniciar la tarea y actuar. La mejor forma de iniciar el proceso es conocer las creencias que tenemos de nosotros mismos, esas ideas preconcebidas de lo que somos, de los que podemos llegas a ser.

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Un proceso de autoanálisis, ya que esas creencias son reales, lo que algún familiar dijo, lo que se escuchó de alguna persona significativa en la infancia.

El psicólogo social Robert Rosenthal utilizo el termino el efecto Pigmalión, fenómeno mediante el cual, las expectativas y creencias de una persona influyen en el rendimiento de otra. Desde una edad temprana los niños y las niñas reciben mensajes que les ayudará o entorpecerá su desarrollo.

Por ejemplo, si desde la infancia un niño está acostumbrado a escuchar “eres un inútil” “no servís para el estudio” “eres el más tonto de la familia”, es muy probable que la autoestima se vea afectada y que no aprenda a valorar sus logros. Esto genera sentimientos de infelicidad, que se verán reflejados en el trabajo, la familia, amistades y pareja.

En algunos acontecimientos, es la misma persona que puede llegar a provocar que ocurra el mismo hecho una y otra vez. Esto no es de forma consciente, se tiene tan interiorizado que no se percibe que puede ser de otra manera.

¿Qué hacer?

Lo primero para poder dejar de culpar a la suerte de lo negativo que ocurre, es la responsabilidad ante situaciones. Es importante conocerse, pero de verdad, no a partir de los juicios de los demás. Ver hacia adentro cuáles son las fortalezas, las debilidades, las motivaciones, que causa ira y tristeza.

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Este proceso de autoconocimiento no es fácil. Es importante para cambiar lo que no es positivo y esto permitirá tomar decisiones desde un plano más real, dejar de funcionar en modo automático y de tropezar siempre con las mismas piedras.

Atraemos a nuestra vida lo que somos, así que tenemos que ser consciente lo que se piensa y lo que se siente, ser consciente de las acciones, no es sencillo, sin embargo es fundamental para lograr nuestros objetivos y nuestra felicidad.

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