Privados de libertad fabrican mascarillas reutilizables para su protección y la del personal penitenciario
Privados de libertad del Centro de Atención Institucional (CAI) Limón y el CAI Jorge Arturo Montero, en San Rafael de Alajuela, comenzaron la confección de más de 14.000 mascarillas reutilizables, que en su gran mayoría estarán destinadas a la población penitenciaria.
La iniciativa surgió por parte de los comités de privados de libertad y la dirección de esos centros penales, pero el Ministerio de Justicia y Paz pretende motivar y apoyar a los comités para producir esos elementos de protección en otras cárceles. El CAI Vilma Curling también está próximo a sumarse a la confección de mascarillas para el personal penitenciario.
En el CAI Limón, las mascarillas de tela –elaboradas bajo las recomendaciones del Ministerio de Salud– son confeccionadas por tres privados de libertad que cuentan con habilidades en costura, gracias a la capacitación impartida en su momento por el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA).
Esta iniciativa forma parte de las medidas sanitarias ante la actual emergencia de salud que enfrenta el país por el Covid-19, de manera que el comité se encarga del financiamiento y la administración del centro realiza la compra de la materia prima.
La entrega de las mascarillas para la población penitenciaria (en Limón se fabricarán 3.000) se realizará una vez que el área de Salud del CAI les brinde a los privados de libertad una charla con las recomendaciones sobre el uso de estas.
A los privados de libertad se les entregarán tres unidades de mascarillas reutilizables una vez confeccionadas, desinfectadas y empaquetadas para que sean utilizadas en los distintos procesos que llevan a cabo en el centro penal.
Otros centros. En el Centro de Atención Institucional Jorge Arturo Montero, en San Rafael de Alajuela, también se sumaron a la iniciativa de confección de mascarillas de tela con el fin de dotar a la población privada de libertad y a la Policía Penitenciaria.
Con el apoyo de la dirección del centro penitenciario y el Comité de Privados de Libertad, nueve personas con destrezas en costura realizan la elaboración de 10.000 de mascarillas para repartirlas entre sus compañeros. Los privados de libertad también confeccionarán 700 cubrebocas para los Policías Penitenciarios.
La elaboración de los cubrebocas se lleva a cabo en los talleres industriales del centro penitenciario; las mascarillas cumplen con los lineamientos establecidos por Ministerio de Salud. Además se cuenta con la asesoría del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) para fabricarlas bajo los estándares recomendados. El CAI Vilma Curling prestó dos máquinas industriales planas para que las personas privadas de libertad emprendan la tarea.
Este último centro se encuentra en proceso para realizar un plan piloto con el objetivo de que las mujeres privadas de libertad confeccionen mascarillas de tela para el personal penitenciario.
Por su trabajo, las personas privadas de libertad reciben un incentivo que les sirve para ayudar económicamente a sus familias. Fuente: Ministerio de Justicia y Redacción Elguardian.cr