¿Por qué las madres sufren el Síndrome de Burnout o quemado?

(Por MSc. Jacqueline Pérez Navarro, para El Guardián) – El Síndrome de Burnout o quemado es una respuesta del organismo cuando ha estado sometido a un periodo de estrés intenso y prolongado, tanto desde el punto de vista físico como emocional.

El principal problema es que el Síndrome de Burnout provoca una serie de síntomas que se pueden confundir fácilmente con otras enfermedades. De hecho, causa síntomas psicosomáticos como dolores de cabeza, insomnio, fatiga intensa y dificultades gastrointestinales (gastritis, colitis…). También puede acompañarse con algunos síntomas emocionales, como ansiedad, depresión, irritabilidad y distanciamiento afectivo.

El cuidado de los hijos.

Ser madre es un trabajo a tiempo completo, las 24 horas del día, todos los días del año. A esto se le suma que muchas mujeres también trabajan fuera de casa y llevan la mayor parte del peso de las tareas del hogar. Y en muchas ocasiones, apenas terminan de ordenar y limpiar, encuentran que todo está sucio y desordenado nuevamente, lo cual genera una intensa sensación de frustración e impotencia que les hace cuestionarse el sentido y el valor de lo que están haciendo.

La situación empeora cuando familiares cercanos no comprenden por qué la madre está agotada. De hecho, es muy molesto escuchar estas preguntas: “¿Por qué estás cansada? No trabajas, solo cuidas a los niños en la casa”.

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Los síntomas más comunes del síndrome de burnout en madres.

  • Cansancio crónico: la madre agotada sentirá que no tiene fuerzas para nada, desde el mismo momento en que se levanta de la cama.
  • Distanciamiento emocional: las madres agotadas suelen desconectarse emocionalmente de la situación que les está generando el estrés. Estas madres se limitan a brindarle los cuidados básicos a sus hijos, se preocupan por bañarlos, alimentarlos y llevarlos a la escuela, pero no son capaces de involucrarse emocionalmente y responder a las necesidades emocionales de sus hijos.
  • Irritabilidad: las madres agotadas suelen reaccionar con irritabilidad, pueden aplicar castigos desmesurados a los niños.
  • Problemas de memoria y concentración: la mente de la madre agotada simplemente se “desconecta”, cuando llega el punto en que se satura demasiado.
  • Sensación de incapacidad: el agotamiento psicológico y físico es tan extremo que las madres piensan que no son capaces de cuidar a sus hijos adecuadamente.

Recomendaciones para una mamá con Burnout o quemada.

Exigirse demasiado, pretendiendo cumplir con todas las expectativas sociales sobre lo que implica ser una “buena madre” únicamente sirve para añadir una tensión excesiva a la crianza.

  • Prioriza las tareas del día: jerarquizar las tareas y priorizar aquellas que sean realmente importantes. No es necesario ser una súper mamá.
  • Tiempo para sí misma: asegúrese reservar algunas horas para relajarse (ver una buena película, leer, baño relajante y demás).
  • Solicitar ayuda: no tiene nada de malo apoyarte en las personas más cercanas, como la pareja, padres o amigos.
  • Asumir un estilo de vida sano: el estrés no solo es un problema emocional, sino que también está determinado por tus hábitos de vida. Llevar una dieta sana, practicar actividad física y aprender técnicas de relajación ayudará a evitar el estrés.
  • Enriquecer los recursos emocionales parentales: con herramientas psicológicas que pueden marcar un antes y un después en la vida diaria de una madre, como puede ser practicar meditación mindfulness o dominar ejercicios de respiración que permitirán asumir el día a día con una actitud más relajada.
  • Proceso terapéutico con la ayuda de un profesional especialista.
  • No culparse a sí misma (ni a los demás): la culpa es un sentimiento que impide avanzar y que nos bloquea. En lugar de eso, es saludable plantear soluciones, igual que evitar culpabilizar a las personas que nos rodean, aunque hacerlo permita una descarga momentánea.
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Las madres ponen muchas emociones y energía en la crianza de los hijos, y si estos recursos no se restauran, entonces surge un desequilibrio y el mismo agotamiento paternal.

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