Piñata política: Frecuencias de TV, radio, y placas de taxis

Editorial

La Piñata Política hoy tiene al país en serios problemas por el Servicio de Taxis y ahora mete en un compromiso a los concesionarios del uso del espectro radioeléctrico en radio y televisión.

Piñata Política

Sí, eso ocurría en Costa Rica y ocurre en Costa Rica actualmente, solo que a escalas diferentes con personajes diferentes.

Pasamos del «pegabanderas» a quien le asignaban un puesto en el gobierno de turno, principalmente en el Ministerio de Seguridad Pública o Cancillería, los cuales con cambio de gobierno se iban si perdía su partido. A las grandes concesiones de servicios como Revisión Vehicular o hasta Carreteras como la Ruta 27.

Con la revisión vehicular quedó claro la mano peluda con la perdida del contrato denunciado por el entonces Presidente Abel Pacheco en el 2004, la firma en el 2013 de un Viceministro del MOPT de la Adenda que los eximía de la divulgación de Estados Financieros en el Gobierno de Laura Chinchilla, y posteriormente en el 2022 la confirmación de que no se sabía cuánto le pagamos a la empresa encargada de la prestación del servicio por 20 años.

Una fuente de El Guardián reveló que eran mares de dinero los recaudados por la revisión vehicular y hasta lo que pasaba con los dineros cuya declaración por atención de vehículos importados no está del todo clara.

Sabemos de una propiedad donde guardan toneladas de pruebas documentales, y a las cuales la Administración Pública nunca tuvo acceso. Todo con la complicidad del ojo descuidado de la Administración Pública.

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La Alcahuetería de la Administración Pública era tan grande y evidente que esperaron hasta el último momento para gestionar el permiso ante la Contraloría General de la República donde rechazaron la acción por carecer de datos para transparentar la continuidad del negocio.

Hoy entendemos que nunca sabremos la verdad real de los hechos a menos allanen esa propiedad para hoy.

Esa piñata parece haberse parado al solicitar orden en la revisión vehicular, y tener que recurrir a una subasta para otorgar un permiso en Precario para nivelar la cancha mientras se aclaran los nublados del día.

De la Ruta 27 ni qué decir. Todo nos huele feo, al menos desde la perspectiva de un medio que no ve transparencia en el actuar del concesionario. Es una percepción,  aclaramos, pues según el MOPT no están del todo claros eso de que la empresa sea auditada por otra compañía de su mismo origen.

Foto Pixabay

Piñata con Concesiones de Radio y Televisión

La última evidencia, el caos imperante en el pago por el espectro radioeléctrico y frecuencias tanto en Televisión como en Radio.

Nunca existió un proceso de licitación abierta. En principio valía aquello de que era experimental, inversión riesgosa, etc, pero pasaron los años, 68 años para ser exactos, y no se ha modificado la tarifa gran cosa.

En sendos reportes especiales El Guardián les presentó las sumas aportadas por los concesionarios que en Televisión no llega ni a los 7 millones el más pintado, y 6 mil colones, la emisora más caliente o juvenil del momento.  Las placas de taxi eran un botín en todos los gobiernos se creaban más concesionarios o permisionarios. Sin ningún tipo de control algunos llegaron a acumular decenas de placas en un mercado negro que provocó el caos en el cual ahora están sumergidos al dar un servicio deficiente pues muchos delos taxis no son conducidos por su propietarios si no por choferes explotados un día si y el otro también.

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Les guste o no les guste la entrada en la ecuación de las plataformas digitales dio perspectiva y generó una justicia para los choferes, no así para los dueños  que vieron como su próspero negocio se secó como un palito de Limón en verano.

¿Cómo se concesionaron? ¿Será qué a puros favores políticos?. ¿Usted me da cariño y yo le doy cariño?. ¡Dios nos libre de pensar mal!.  Nunca podríamos creer que la cosa en medios de comunicación funciona así.

Lo peor es lo que parece reparto de bienes de difunto. Fundaciones para mover cosas de un lado para otro, ventas de televisoras sin consentimiento ni ganancia para el Estado. En fin, un mar entero de dudas donde los tiburones no quieren que nadie bucee en las profundidades de sus acuerdos.

Así funcionaba Costa Rica. Sin transparencia, sin participación democrática. Bastaba ser un «pegabanderas» o dar fiado para hacer mi campaña política en radio o televisión, para después pagarte millones con la plata de todos los ticos en la mal llamada «Deuda Política».

En la última elección por ejemplo, dos medios de la «Caja tonta» se llevaron de un partido más de 3 mil millones de colones.

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Ojo, seguramente se harán los indignados en campaña radial y noticieros cuando alguien se atreva a pedirles que paguen lo justo. Dirán seguramente que es un ataque abierto a la propiedad privada y a la libertad de prensa. Dirán que este Chaves (con «S») estaría a punto de decir… ¡Exprópiese!

En ambos casos el argumento se cae solo. Un espacio en radio y televisión vale un ojo de la cara para cualquier productor independiente. Si es que se lo dan.

No se trata de ataques a nada más que al pago justo por usar un bien de todos los costarricenses. Lo peor es que muchas de esas emisoras de radio tienen computadoras trabajando todo el día y algunos pocos trabajadores humanos. El negocio es redondo. En televisión nos cuentan algunos que sus empleos son por servicios profesionales. Seguramente la Pandemia les dio duro. Aún así lograron sobrevivir y hasta sacar en una alianza una nueva marca de servicios de telefonía e internet.

Bien lo dice el Adagio popular. «¡Lo malo no es la argolla…!». El problema es que la piñata no fue para todos, solo para algunos cuántos. Lo peor, esos se comieron los confites y a la mayoría nos duele la panza.

Si lo lees en El Guardián es importante para vos.

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