Nuevamente el FMI… pero con otros proyectos
(Por Albino Vargas Barrantes para El Guardián) – Ahora resulta que los proyectos de ley que el gobierno anterior “pactó” con el Fondo Monetario Internacional (FMI), a cambio de un préstamo de 1.778 millones de dólares, ya “no tienen viabilidad política”, excepto el que ya impusieron como ley de la República, la 10.159, Ley Marco de Empleo Público, a pocos días de terminar el período parlamentario anterior, 2018-2022.
La patraña del periodismo de odio, del estafador político Alvarado y su grupo de extremistas ideológicos de signo neoliberal ha quedado al desnudo: atacar a las personas trabajadoras asalariadas del sector público y sus familias, fue su perverso objetivo estratégico desde un inicio; patraña en la que jugó un gran papel el Partido Liberación Nacional (PLN), co-gobierno con el PAC, en el período 2018-2022. Los salarios devengados por las personas trabajadoras estatales jamás fueron causa fundamental en el tema del déficit fiscal.
Aprobada que fue dicha legislación, el FMI giró 284 millones % como primer tracto del total del préstamo “convenido”. Dicho de otra forma, la violación-entrega de los derechos salariales y económico-sociales del personal trabajador del empleo público costarricense, se “vendió” por esa cantidad.
Según lo plantea el nuevo Ministro de Hacienda, el señor Nogui Acosta Jaén, lo mejor que hay que plantearle al FMI para que preste la plata restante es proponerle “planes con una visión más integral del modelo de recaudación tributaria”.
El medio de comunicación oficial del pensamiento neoliberal en Costa Rica le hizo una amplia entrevista al mencionado jerarca, enfatizando él en que le indicarán al FMI que se requiere una especie de trilogía en el tema fiscal: “…una visión más integral del modelo de recaudación tributaria, de eficiencia y de reforma del Estado”.
En estos momentos, una misión de ese organismo financiero mundial visita el país para revisar cómo se ha venido portando Costa Rica con su grave problema en las finanzas públicas.
¿Qué entenderá don Nogui y el propio Presidente Chaves por “una visión más integral del modelo de recaudación tributaria?”. ¿Será que va a ser política de Estado atender el fraude fiscal-tributario anual que anda por los 3 mil 600 millones de dólares al año, según lo admite el propio mandatario?
¡Bueno! La visión nuestra incluye aspiraciones como las siguientes:
1) Tomar fuertes medidas, administrativas y legislativas, para que el sistema tributario costarricense empiece a tomar un contenido fundamental de progresividad: es decir, que paguen más los que más tienen y que, por lo general, son los que más roban y evaden el pago de tributos.
2) Introducir, con contundencia política, en los sistemas tributario y aduanero, procesos de reforma del Estado para que impere la transparencia total en su seno y reduzcan al mínimo las diversas formas de corrupción que los tienen postrados.
3) Ninguna recaudación tributaria, por más eficiente que sea y por más visión integral que sea su modelo de gestión en tal sentido, tendrá posibilidades reales de alcanzar metas inspiradas en el bien común, si el país no se dispone a reestructurar su deuda pública y su obsceno pago diario de intereses. Cada vez se profundiza nuestra convicción de que el país ocupa una profunda auditoría de su deuda pública.
Don Nogui está dándole nueva viabilidad política a la tesis de tributación progresiva conocida como renta global bajo el principio, dice él, de que “los que más tienen paguen más”.
Pero nosotros, que dudamos de la real viabilidad política de ello en un parlamento descaradamente pro-capital, nos ponemos a dudar del impacto sano en las finanzas públicas de un impuesto de renta global, si el estado calamitoso del actual modelo de recaudación tributaria no se reestructura de raíz.
¡Qué va! La transformación estructural del modelo de recaudación tributaria que ocupa la desigual Costa Rica de la actualidad, va mucho más allá del pensamiento de don Nogui. Es una tarea revolucionaria.