Niños que se esfuerzan y los que renuncian
(Por MSc. Jacqueline Pérez Navarro)- En esta ocasión nos vamos a enfocar en una investigación que realizaron en conjunto la Universidades de Stanford y la Universidad de Chicago, en la investigación se brinda respuesta a la pregunta del porqué unos niños se esfuerzan y otros renuncian.
Algunos niños se ven desde muy pequeñitos como perseverantes y autónomos. Niños que con sólo dos años o menos no quieren que nadie les ayude, y se esfuerzan en repetir algo una y otra vez hasta que lo consiguen. Son niños que se caen y se levantan, sin lágrimas ni gritos, y siguen corriendo.
Otros niños, son más dependientes con respecto a la edad que van teniendo. Aún con 6 años siguen esperando hacer el mínimo esfuerzo, apenas les va costando algo un poquito, lo abandonan, deciden dedicar todas sus energías a otra cosa diferente.
Según la psicóloga Carol Dweck, y después de muchos años de investigación en el tema del esfuerzo, motivación y perseverancia de los niños, existen dos tipos de niños en función de su actitud ante el esfuerzo:
- Los que piensan que los logros y el éxito dependen de su talento, habilidades e inteligencia.
- Los que piensan que los logros y el éxito dependen del esfuerzo y el trabajo.
Por ejemplo, un niño que quiere aprender a amarrarse los cordones. El niño que piensa que los logros dependen de las habilidades de cada uno, después de intentar una o dos vece sin éxito, pensará: “no soy bueno para esto, ni modo”, y fin del proyecto.
En cambio, el niño que piensa que todo se consigue con esfuerzo, intentará una, dos y muchas veces amarrarse los cordones hasta que lo logre.
Según esta investigación, los niños que piensan que los logros dependen de la inteligencia innata, evitan desafíos que piensan que no van a poder lograr.
Prefieren mostrar su inteligencia en aquellos otros campos en los que saben que van a destacar. Son niños que, además, muestran muy poca tolerancia a la frustración, ya que para ellos un error viene a ser una muestra de “poca inteligencia”.
Sin embargo, los niños que piensan que los logros se consiguen con trabajo y esfuerzo, piensan que, a mayor esfuerzo, más logros y más inteligencia. De ahí que intenten demostrarse a sí mismos que pueden superar un obstáculo.
¿Por qué hay niños que piensan de esa forma?
Según los resultados que arrojó la investigación, se debe al tipo de elogio que el niño recibe.
- Elogio a la inteligencia o habilidades del niño: “pero qué inteligente que es”, “muy inteligente con las matemáticas”, “qué bien que le salen los dibujos”.
- Elogio al esfuerzo del niño: “Ya casi lo consigue, le salió mejor que la última vez”, “usted lo puede lograr, sólo tiene que intentarlo”, “¡lo lograste!”.
Algunas recomendaciones.
- Como responsable o corresponsables de la crianza de un niño olvidémonos de “yo lo hago” lo mejor es dejar que el niño lo intente, ya que estamos a su lado para ayudarle cuando lo necesite, pero sin hacerle el trabajo ni allanarle el camino para evitarle dificultades, y en el momento que logre lo propuesto decirle “te has esforzado y lo has conseguido”.
- Darle responsabilidades acordes a la edad, por ejemplo, poner la mesa, recoger los juguetes, ordenar la habitación. Esto fortalecerá la seguridad y confianza en sí mismo, y fomentará su independencia y autoestima.
- Cuando se presenten obstáculos, enseñarle a luchar por superarlos, a no rendirse ante ellos y a aprender que el sufrimiento y la frustración forman parte de la vida.
- Si el trabajo ha sido realizado con esfuerzo, es importante que se le reconozca, y hacerle ver lo orgulloso que debe estar del logro conseguido.
- Dar ejemplo en no dejar tareas a medias ni abandonarlas ante la primera dificultad.
- Dar ejemplo en no posponer continuamente las cosas que tenemos que hacer, o poner excusas para no afrontarlas.