Moravia prohíbe la venta de pólvora sonora
Para no afectar a mascotas y personas
El Concejo Municipal de Moravia votó por unanimidad prohibir la venta de pólvora sonora en el cantón, ningún comercio tendrá licencia para vender ese tipo de productos.
Moravia prohíbe la venta de pólvora sonora
Así lo anunció Giancarlo Casasola, regidor de Moravia y presidente de la Comisión Especial de Bienestar Animal, por medio de sus redes sociales el lunes en horas de la noche.
“El día de hoy el Concejo Municipal de Moravia adoptó la decisión, de forma unánime, de prohibir la venta de pólvora sonora en el cantón, la acción es una protección de los animalitos, encaminada al #BienestarAnimal y también que pretende evitar afectaciones a personas con discapacidades cognitivas, neurológicas y con sensibilidad auditiva», dijo Casasola.
Efectos de la pirotecnia en personas con TEA y animales
Las personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) pueden tolerar sonidos por debajo de los 80 db, los fuegos artificiales pueden emitir sonidos de hasta 190 decibelios (110 a 115 decibelios por encima del rango de 75 a 80 decibelios, donde comienza el daño para el oído humano).
Estos sonidos en personas con TEA pueden provocar crisis, ataques de ansiedad, llanto y en algunos casos autolesiones.
En los animales estos ruidos causados pueden generar fobias provocando desde problemas de audición hasta desapariciones de mascotas de compañía que huyen del sonido ensordecedor.
Tampoco hay que olvidar que también dañan a los demás animales que se encuentran a nuestro alrededor, tanto en entornos urbanos como fuera de ellos, así como a los que se encuentran en granjas o recluidos en otros espacios.
Los perros son capaces de oír hasta los 60.000hz, mientras que los humanos no oyen nada a partir de 20.000hz, lo cual supone solamente un tercio de la capacidad de los primeros. Esta agudeza auditiva de los perros es una de las causas que provocan que el sonido de la pirotecnia sea una experiencia negativa para ellos. Estos animales muestran señales de ansiedad y agobio que se intensifican a medida que se ven incapaces de escapar del sonido.(Información tomada de Ética Animal)