Maradona: 1uz y s0mbra
No me pude imaginar que 4 días después de recibir el título de Periodista Deportivo, llegaría una de las más grandes noticias del deporte mundial, la muerte de Diego Armando Maradona. Las noticias, en especial en argentina, se llenaron de tristeza y lágrimas.
“Ha muerto el fútbol” condenaba Horacio Pagani, periodista argentino ante la “tragedia”. Cada persona entrevistada en los en vivo, hacía eco de la “tragedia” y dos frases se volvían recurrentes “era el mejor jugador de la historia” y “su vida privada no es importante”.
10 días antes de cumplir 16 años debutó en primera división con Argentino Juniors, mágico desde sus inicios, fue elegido mejor jugador sudamericano en 1979. En el 81 llegó a Boca Juniors, debutando con gol y saliendo campeón ese año. Se fue a Europa. Un crack desde sus inicios.
En Barcelona, no fue su mejor experiencia. Una fractura y la hepatitis no fueron sus mejores compañías. Se fue a Italia, a consagrarse.
“Quiero convertirme en el ídolo de los pibes pobres de Nápoles, porque son como era yo cuando vivía en Buenos Aires” CITA
¿Y cómo no convertir se en ídolo? Si le dio tanto al equipo. Dos Scudettos (87 y 89-90), una Copa Italia (86-87) una Supercopa (90-91) y una Copa Uefa (88-89). Fue tan importante para la afición napolitana, que en el mundial Italia 90, le dieron la espalda a la Azzurri y apoyaron al pelusa.
Empiezan las sombras que le bajan la luz a la estrella. Los escándalos, esos que llegaron a oídos de todos, pero que en momentos claves, como su fallecimiento, se le exime de toda culpa.
Comenzó en 1991 al dar positivo para cocaína en una prueba doping. Diego exclama venganza por la eliminación en el mundial, la federación responde dopaje y dicta sentencia de 15 meses fuera. Nunca regresó al Napoli. Ciao.
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Maradona, el 86, año del oro mundial y el punto negro.
Entre los que aman y odian a Maradona hay una discusión con este mundial. Logró el mejor gol de los mundiales contra Inglaterra, pero también hizo uno con trampa.
La mano de Dios fue eso, mano; una infracción. Representa picardía, venganza contra los ingleses por Malvinas, pero también representa esos puntos negros de la vida de Maradona. Siempre hay algo que oscurece su memoria.
El gol desde media cancha es un punto alto de su leyenda. “Me puse a llorar solo, sin poder creer lo que estaba viendo (…) no hay forma que no recuerde el gol de Maradona contra los ingleses y mi abrazo con mi padre. Yo me acuerdo de Diego y me acuerdo del abrazo con mi papá” recordó Martín Liberman, periodista argentino que rompió en llanto recordando al 10 en un en vivo. Eso también era Maradona, alguien que hizo feliz a la gente con el fútbol. Dualidad. Amor y odio, respeto, admiración y silencio y compresión ante sus excesos.
El mundial Estados Unidos 94 fue un golpe más para el 10. Salir positivo en la prueba de doping y removido del mundial debió haber sido un golpe fatal para el astro. Algunos dirán que le cortaron las piernas, otros que él mismo se las amputó.
Las gambetas, los goles, el mundial, las copas y el número 10 estarán ligadas al apellido Maradona para la eternidad; también ese asterisco al lado de la nota, el cual entre sus estadísticas también estarán los excesos, escándalos, abuso de sustancias, hijos no reconocidos y agresión a sus parejas. “solo les pido que me dejen vivir mi propia vida. Yo nunca quise ser un ejemplo” enfatizó Diego Armando Maradona. En lo personal, no lo era.