La “guerra” de los troles
Artículo Opinión
(Por *Albino Vargas Barrantes para El Guardián) – Empezó el año y ni un cinco de reajuste por costo de vida. Igual que el año pasado y que en el 2020 y que en el 2021. Esto en el caso del sector Público. El 2022 terminó con el costo de la vida más alto de los últimos 13 años.
Pensemos en la realidad socioeconómica actual de una persona trabajadora de la Seguridad Social y de la Salud. O, tengamos en mente lo que vive una trabajadora que está a cargo de un CEN-CINAI, a la vez que de su propio hogar porque es jefa del mismo. Y qué decir de un policía de base, de esos de calle, altamente endeudado pagando intereses leoninos. Se pueden dar más ejemplos de personas trabajadoras asalariadas del empleo público en situaciones económico-sociales realmente dramáticas. ¿Ustedes creen que el eje central de la vida diaria de este tipo de personas trabajadoras es eso de los troles?
Decretaron 6.62% para el sector privado. Bien se sabe que en muchas empresas privadas le dicen a la persona trabajadora que ya se le paga un poquito más del mínimo de ley y, entonces, no le van a aplicar ese 6.62% Y, en no pocas situaciones, aunque se debe aumentar el mínimo decretado no hay forma de obligar al patrono a respetarlo, porque no hay un verdadero músculo inspector desde la política pública.
Pensemos en el chofer de autobús. En el trabajador de la gasolinera y la empleada de la tienda o de una soda, con el tipo de salarios que se pagan en tales actividades. ¡Pensemos, por favor!
Pensemos en la estresante situación de la sobrevivencia diaria en los hogares de clase trabajadora agraria, por ejemplo, la que produce banano y piña. La angustia de la comedera que sube, de los recibos de agua y de la luz, del pago del alquiler. ¿Ustedes creen que el eje central de la vida diaria de este tipo de personas trabajadoras es eso de los troles?
Y qué decir de la gente del campo, de la producción agropecuaria, largamente vilipendiada y humillada en las administraciones anteriores y, ¡en esta también! Los que ya estaban arruinados y excluidos y los que, desgraciadamente, han caído en esa situación, ¿estarán preocupados por los tales troles?
En uno y en otro caso, mucha gente trabajadora creía que ya había cumplido plenamente los requisitos para pensionarse por Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), de la Caja… y ¡zas!, de un día para otro le dicen que ya no. Que ahora hay que trabajar hasta los 65 años.
Gente trabajadora cansada, agotada, en proceso de empobrecimiento sostenido en los últimos años, ahora tendría que trabajar más años, con un eventual aumento en la cotización obrera del disminuido salario y, con un 40% de porcentaje jubilatorio a recibir cuando ya hacía números de que se iría con un 60%.
No se trata de defender al actual mandatario. El hombre está demostrando que lo sabe hacer muy bien, según su propia visión de las cosas. Errada esa visión, por cierto, dado que en nuestro criterio esa no es la visión que propicia el bien común, la inclusión social y económica, la reducción de la desigualdad. Y, por eso, en la corriente sindical en la cual militamos hemos estado adversando sus decisiones que han venido favoreciendo a grupos económicos relevantes que hoy, gracias a él, detentan poder político.
La “guerra” de los troles es en el escenario de los y de las de arriba, especialmente el de las caras visibles de la institucionalidad formal: las del Gobierno y las de la oposición: Chaves y su grupo político-económico y acólitos de oficio, el periodismo de odio y sus latifundios mediáticos, y la tal oposición parlamentaria; unos y otros protagonistas “estrella” de este espectáculo circense, junto a una pléyade de amanuenses, escribanos, opinólogos y similares que con su situación económica nada afectada por el altísimo costo de la vida, creen ser, en uno y en otro caso, la “opinión pública”.
En el entretanto, los y las de abajo (y hasta los de en medio), están en su lucha a diario por su propia sobrevivencia y las de sus respectivas familias. Algún día veremos el sol brillar con todo su esplendor no con su actual faceta enceguecedora.