La chica ambientalista que aprovechó la pandemia para darle una mano a la naturaleza
Ella es la Chica Ambientalista, su nombre Daniela Macaya, quien nos demostró que no hay momentos para desperdiciar sino para aprovechar.
Las maravillas naturales del planeta nos han inspirado durante años para expresarnos más allá de las palabras, este es el caso de Daniela Macaya González, una jovencita de 17 años, que cursa su último año del colegio y que nos cuenta que hace unos diez años, el gusanillo de la pintura entró para quedarse en su vida. Tal es así, que desde niña desarrolló este talento y con la pandemia aprovechó el encierro que provocó el COVID-19 para escribir un libro para niños y niñas, pintado a mano por ella misma, además, del diseño de hermosas pinturas en botellas y cuadros.
En medio de la Pandemia, el arte y el medio ambiente apelan a la razón y a los sentimientos. Pero ¿Qué ocurre cuando los mezclamos? La respuesta es simple, se llama arte ambiental. Daniela Macaya inició un emprendimiento con unas cuantas botellas, una imaginación heroíca, la pasión por la pintura y su amor por el medio ambiente, creando diversos productos para sensibilizar y concientizar a la humanidad.
“En 2018, comencé un proyecto llamado «Oasis CR: Marine Crisis Canvas Project». Consistía en una serie de pinturas que ilustraban los problemas de la vida oceánica para ayudar a crear conciencia. Mi objetivo era que la gente los viera y estuviera más consciente de la destrucción de los ecosistemas marinos y la vida por parte de los humanos. Quería que mi audiencia se sintiera melancólica por la pérdida de nuestra hermosa vida marina y tal vez incluso se sintiera obligada a hacer un cambio en su vida diaria (como boicotear el plástico, recoger basura en la playa, etc.).” indicó Daniela.
Mientras la pandemia golpeaba a la humanidad y recorría el mundo dejando una estela de malas noticias y números en la historia que contabilizan una cantidad enorme de enfermos y fallecidos, ella se dedicó a pintar por largas horas desde su cuarto botellas de aluminio inspiradas en la naturaleza, en especial animales del océano.
Cuenta esta jovencita que todo comenzó hace poco más de un año, cuando su amiga Lucia iba a tirar una botella, ella la observó y de pronto pensó que podría reutilizar los envases pintando lindas figuras de animales, ejemplo: mantarrayas; tiburones, ballenas, medusas, peces, mariposas, monos, todo personalizado según lo requieran las personas. Así pintó su primera botella para su amiga y las de otros estudiantes de su colegio, iniciando su propio emprendimiento y lo que gana pintando, dona un 10% a la Fundación Amigos de la Isla del Coco.
La pandemia todo lo cambió y como dice ella ”no dejé que la cuarentena parara mis proyectos”, pues no ha permitido que la depresión y el aburrimiento le jueguen una mala pasada a su imaginación y a sus deseos de ayudar a lo que ama, el océano.
“Mi pasión por el medio ambiente empezó cuando en el 2012 fuimos a Playa Grande, a ver las tortugas Baula, estaba súper emocionada, tenía yo como 9 años, y mi papá me hablaba de estos gigantes prehistóricos y que son “chivísimas”. Era la época de la anidación, donde venían a criarse, era entre las ocho y nueve de la noche, esperamos y esperamos, pero no llegó ninguna. El guía nos dijo que el plástico, la pesca y el montón de problemas marinos hicieron que esa noche y ya madrugada no llegasen, entonces me impactó y me puse a investigar en internet y yo me preguntaba ¿qué puedo hacer yo, si soy una chiquita? y entonces empecé a pintar”.
Comenta Daniela que con la pintura, ella vio la forma de impactar a la gente, hacerles crear conciencia de lo que estaba pasando e incluso veía a sus amigas que no le daban importancia, así que decidió tratar el problema con urgencia, sintió la necesidad de levantar una voz, poner un granito de arena.
Así entonces, surge el proyecto que fue mezclar la pintura con el medio ambiente a través de cuadros; creando una serie de pinturas con temas como el blanqueamiento de los arrecifes de coral, la pesca fantasma y el plástico.
En esta serie se encuentra una pintura que se llama “Una mirada al futuro” que es la de un surfero en traje amarillo con la cual ella quedó de finalista en un concurso en el que participó, realizado en Estados Unidos y será exhibido próximamente en Alemania llamado “2020 Science Without Borders Challenge” del Living Oceans Foundation, siendo este año el tema: “Take Action: Conserve Coral Reefs”. Este Proyecto lo presentó en su colegio a más de 400 estudiantes de todas las edades.
La contaminación de aire y océanos, el calentamiento global, la deforestación o las consecuencias del consumo masivo en el entorno son algunas de las amenazas que denuncia el arte ambiental, por lo que el talento de los artistas se vuelve muy importante para concienciarnos sobre el daño que causamos al planeta y llamar a la acción.
Daniela tiene 3 hermanos más pequeños y dice querer ser un ejemplo, pues considera que los y las jóvenes “son la generación del futuro que van a tener que cuidar al planeta”. Dice que “ahora el problema es el plástico y las mascarillas que están acabando en los mares”. Por tal razón, pensó hacer algo más y enseñar a los más pequeños a ser conscientes del daño que está provocando la contaminación, y surge la idea de escribir un libro infantil.
Es así como nace el libro “Throw it “Away” (Desechada) escrito e ilustrado por la misma Daniela, que trata del viaje que hace una bolsa plástica por Costa Rica, dónde empieza en los supermercados y termina en el plato.
Amazon lo público (https://www.amazon.com/-/es/Daniela-Macaya-ebook/dp/B0881L5F3S) y en próximos meses UNICEF también lo hará. Apoyada por los docentes del colegio y a través de la Plataforma Zoom, ella leyó su libro a más de 400 niños y niñas, logrando que los más pequeños conocieran lo importante que es cuidar la naturaleza.
Dice que su familia está muy orgullosa del trabajo que ha realizado para ayudar al medio ambiente, además, tiene el sueño de estudiar biología en la Universidad. Ella diseñó y creó su página web https://www.paintedbydani.com/ y redes sociales para llegar a más gente.
Daniela considera que la juventud puede aportar mucho, “que todo el mundo tiene una voz, y una debe hacer algo que le apasione y si una tiene una visión del futuro, tenemos que hacer algo, ya y ahora, e impactar a la mayor parte de la gente. Pues aunque, sea pequeño en edad y piense que nadie le va a poner atención, si lo escuchan, los jóvenes nos volvemos inspiradores y somos motivadores, por eso me enfoqué en estas generaciones”. (Por Eledith Díaz Jiménez)