Felicidad: Cómo construir el bienestar en pequeñas dosis
(Por MSc. Jacqueline Pérez Navarro) – La felicidad es uno de esos conceptos tan difíciles de definir. Muchas personas asumen el tema como algo importante, pero a la vez, cuesta mucho llegar a conclusiones claras y específicas al hablar sobre ello.
En parte, porque la felicidad es muy personal, abstracta y cambiante; incluso una misma persona tenderá a definirla de forma muy diferente dependiendo del estado de ánimo que esté experimentando en cada situación.
Felicidad según la psicología.
Desde el punto de vista de la psicología, la felicidad está caracterizada como un estado mental con una fuerte carga emocional, pero que también se basa en ideas y creencias, es decir, tanto en emociones como elementos cognitivos.
Además, existen dos factores que conforman la felicidad: factores internos y factores externos, en los primeros se tiene más control, pero en los segundos dependerá de los demás y del entorno en que cada persona se desarrolla. Si bien es cierto que puede parecer que para estar bien se depende de las otras personas, en la práctica se puede observar que el factor interno tiene un gran peso y ayuda a encontrar satisfacción incluso en situaciones difíciles.
En la psicología no existe un consenso muy claro acerca de en qué consiste ser feliz, sin embargo, se han encontrado algunos hallazgos a través de investigaciones sobre algunos elementos que pueden colaborar a la felicidad.
- Acepta que puede sentirse mal: muchas veces se experimenta tristeza, frustraciones, enojos, culpas y demás. Esas emociones, como todas, cumplen funciones importantes, aunque hagan sentir displacer. Tanto las emociones que producen displacer, como las que producen placer son necesarias para vivir y lo importante es que aparezcan en las situaciones adecuadas y en la dosis justa.
- Valorarse desde todos los aspectos de la vida, aceptando que se puede estar bien y sentirse feliz, aunque todo no esté bien: es imposible esperar que todo esté perfecto, en todos los aspectos de la vida (familia, relaciones sociales, vida personal, laboral…) sin embargo, si esperamos esto, nunca se lograra la felicidad, porque siempre algo faltará o fallará.
- Aceptar que se puede fallar y fracasar: la perfección es imposible, querer alcanzarla traerá infelicidad, porque las cosas pueden salir como no sé esperada. El problema de la vida no está en las caídas, sino en que no nos levantemos y nos castiguemos todos los días por haber fallado. Por eso, acepta que las cosas pueden ir mal y que lo importante es redirigir o cambiar eso que va mal.
- Valorar los logros: todos los días se desempeñan actividades de manera satisfactoria y muchos pasan por encima de ellas sin darse cuenta. Los logros pasan inadvertidos porque se vive en el futuro, y a veces no nos damos cuenta de todo lo que somos capaces de hacer cada día.
- Agradece más: aunque haya sido un mal día, agradece por el tiempo que paso con el compañero en el momento del café y rieron junto, por la familia con la que compartes el día a día, por haber sido capaz de soportar un día duro. Es una forma de reconciliación.
Cada persona estará mejor si acepta la vida tal como es, no para que se conforme, sino para que sea realista y mire lo que puede mejorar y avanzar.
A veces es bueno mirar hacia adentro para crecer y para estar mejor. La idea es que vaya respondiendo cada pregunta de manera introspectiva, ya que ayudará al autoconocimiento. Este puede ser el primer paso para para cambiar aquello que no gusta o aquello que no genera felicidad.
- ¿Sabe lo que quiere y lo que no quiere? Pensar y vivir de acuerdo a esa diferencia. La sabiduría consiste en saber lo que se quiere.
- ¿Sabe quiénes y cuáles son sus referencias? Si las sabe, sígalas. Si no las sabe, búscalas. Busque ejemplos o modelos concretos que sean dignos de seguimiento.
- ¿Disfruta de sí mismo y de lo que hace? Si no es así, el camino es la aceptación o el cambio, pero no es conveniente vivir en mentiras.
- ¿Necesita algo más de lo que ya tiene? Si lo necesitas de verdad, persíguelo. Busca la necesidad de vivir para sí mismo.
- ¿A quién quiere agradar? ¿A otros o a usted mismo? Si es a otros, cámbialo. Preocuparse más por agradar a los otros, impide ser lo que cada persona en esencia es.
- Ya sé lo que sabes, pero ¿Se atreve a experimentarlo? Si no lo experimentas, no lo sabes. No alcanza la felicidad quién tiene el saber, sino quién lo ejecuta. Si se carece de objetivos y de perseverancia, si hay contradicciones entre acciones y propósitos, se espera aprender, pero no se llega a entender.
- ¿Qué le preocupa y de qué le tiene miedo? Piénsalo. Su miedo habla de lo que puede mejorar, Tiene miedo de si mismo, de los demás, del futuro, etc.
- ¿Piensa en lo que puede pasar y no en lo que está pasando? Deténgase. Solo está vivo aquí y ahora. De nada sirve adelantarse con la imaginación al propio dolor, haciendo presente lo que de momento no es o no ha llegado, lo que puede no llegar o llegará de otro modo.
- Sabe que todo esto acabará ¿verdad? Recuérdalo y disfruta cada aprendizaje. Las situaciones un día terminaran.
Sabemos que hacerse esas preguntas a veces no es sencillo, y puede resultar doloroso… pero invertir ese tiempo y ese esfuerzo en conocimiento personal dará grandes resultados en la vida. También lo puede hacer en un proceso terapéutico con un profesional en psicología.
La vida debe ser comprendida hacia atrás. Pero debe ser vivida hacia delante-Kierkegaard.