¿Estoy en una relación de violencia silenciosa?: comportamientos pasivo-agresivos
(Por MSc. Jacqueline Pérez Navarro, El Guardian) – ¿Qué le pasa? – Nada. -Ya, dígame que le pasa. – que no me pasa nada.
– Sé que algo le está molestando, dígame!
– De verdad, que no me pasa nada. -Una mirada de desprecio recorre su rostro.
¿Cuántos de ustedes se sienten identificados con esa situación? Les presento un comportamiento común del pasivo-agresivo.
Estos comportamientos tienen en sí mismos una paradoja, ya que son pasivos porque no hay una expresión clara del deseo de hacer daño a otro y agresivos porque sí causan daño.
Lo que les permite salirse con la suya en la mayoría de las ocasiones es precisamente esa ambigüedad: agreden sin agredir, violentan, pero borran o intentan borrar, las evidencias de lo que hacen.
Son comportamientos nocivos en las relaciones con los demás. Se puede presentar entre compañeros de trabajo, en la pareja, entre amigos, en la familia y en todos los contextos.
Algunos ejemplos:
- Pareja a pareja: “ya hice su maleta para el paseo, la hice porque como usted siempre se le olvidan cosas”.
- Entre compañeros de trabajo: “no entiendo como a la gente le caes mal, con lo pura vida que eres”.
- Entre vecinos: uno ayuda en el camino al otro (quien va cargando paquetes) y le sostiene un portón mientas el otro pasa sin ver ni dar las gracias.
- Familia: “al fin la veo guapa”.
Algunas señales de comportamientos de violencia pasiva-agresiva.
Se destaca los siguientes comportamientos como característicos de esta problemática:
Ley del hielo: el silencio y/o ignorar ante situaciones que generan malestar. Es decir, sin decir palabra, ni mirar ni responder nada, o contestar con un “estoy bien, no me pasa nada” ante la pregunta de cómo estás.
Sarcasmo: ante la dificultad de expresar el enojo de forma directa, el sarcasmo se convierte en la estrategia para mostrar hostilidad. Por ejemplo, disfrazar insultos como halagos.
Sabotaje en lugar de decir que no: ante un favor, en lugar de decir que no o negarse asertivamente, dicen que sí y, posteriormente, procrastinan o se entretienen en otros asuntos o lo hacen a medias.
Victimismo: Ante diferentes situaciones se muestran como las víctimas. Suelen expresar que se sienten incomprendidos y que no se les respeta ni se les cuida.
No sienten culpa: no se harán responsables de sus acciones. Le echan la culpa de alguna situación poco positiva a alguien más, o buscan alguna excusa como problemas en el trabajo, su educación y demás.
Estas personas tienden a protestar sobre lo poco razonables que son las demandas que se les hacen y rechazan sugerencias útiles respecto a cómo ser más productivos. Como resultado de su resistencia a las demandas, critican o se burlan irrazonablemente de le gente que tiene autoridad o que, por otra parte, son los que plantean dichas demandas.
También pueden ser personas exigentes y dependientes, que carecen de confianza en sí mismas, que son pesimistas sobre el futuro y, sobre todo, que no tienen conciencia de que su conducta sea la causa de sus dificultades.
Recomendaciones ante comportamientos pasivos-agresivos.
- Lo recomendable es señalar asertivamente la agresión, describiendo la misma, hacer ver que se ha notado la agresión.
- Con comunicación directa, con esto se invalida la comunicación esquiva que la otra persona tiene. Puede que la reacción sea de ofensa o victimismo.
- Hacer preguntas cerradas, donde las respuestas serian de un “Sí” o “No”.
- No permitir que se desvíen del tema principal: mantenerse en aquello que ha llamado la atención, no ir a otros hechos, quedarse con lo que está pasando “aquí y ahora”.
- Con respecto a los ejemplos anteriores: “¿para mostrar su afecto es necesario recordarme que hay gente que no caigo bien? “de nada vecino”.
- Si es el caso que una persona que se dirige al grupo mientras a usted le da la espalda: indícale que se coloque por favor donde todos puedan escucharle.
Estas son solo algunas recomendaciones para tratar a una persona con comportamientos pasivos-agresivos. Lo mejor es que dicha persona pueda ir donde un especialista para un proceso terapéutico.