¿En un país de derecho dónde están los taxistas formales?

(Editorial) El Estado de Derecho costarricense se violentó flagrantemente con el caso de los taxistas formales a los cuales el Gobierno abandonó en su propósito de cumplir la ley.

Uber primero, InDrive después, y ahora DiDi se apoderaron del mercado de transporte público a mordiscos, sencillamente la Administración Alvarado Quesada volvió la mirada para otro lado.

Y es tan evidente la indiferencia del Gobierno sobre el tema, que basta notar la publicidad abierta de las tecnologías para determinar que no hay sanción a pesar de lo explícito de la ley.

Se anuncian en televisión, redes, prensa escrita sin ningún pudor y sin pagar impuestos.

Es tal su descaro, que la Directora de Comunicación de UBER anunció su extensión de operaciones a otros puntos del país sin ningún pudor a pesar de ser un servicio ilegal.

Es cierto, en las extraordinarias el Gobierno convocó la regulación de las nuevas Tecnologías de movilidad, mientras tanto simula combatir la ilegalidad con operativos de la Policía de Tránsito cada vez más ausentes.

Carlos Alvarado Quesada tiene en sus manos el Imperio del Poder, basta bloquear las aplicaciones hasta resolver el problema de legalidad jurídica para poner en orden la cancha. Prefirió no hacer nada a fondo.

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No es objeto en este editorial la responsabilidad de los taxistas en la pérdida de plazas, eso sin duda es su culpa alcahueteados por un Consejo de Transporte Público inoperante, es objeto la forma de actuar del Gobierno.

De hecho, la innación del Gobierno no sólo perjudica a los taxistas rojos, afecta severamente a los colaboradores de las plataformas tecnológicas expuestos a la informalidad.

Las Tecnologías de Transporte son un ejemplo más del ridículo actuar del Gobierno cuando se trata de temas transversales, basta ver Crucitas para obtener otro ejemplo. Su estrategia es simular, mientras ignora el fondo del problema.

En un Estado de Derecho la Seguridad Jurídica es fundamental para un clima de inversión y negocios, pero en tales condiciones solo un ignorante podría confiar en un Gobierno dónde su actuar es la apariencia, es decir prefiere la forma y no el fondo.

La cura a futuro será una inminente millonaria indemnización a favor de los operadores formales, a cargo del erario público financiado con impuestos indirectos.

La guerra abierta entre Uber-In Drive-DiDi se libra abiertamente en las calles, exponiendo y fomentando la economía informal, mientras evaden miles de millones de colones al fisco.

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