El Restaurante Luna, punto de encuentro Herediano
Juego de ida de la fase final de la primera división del fútbol nacional, si duda era noche de fútbol, pero sin aficionados en la cancha. Sería la segunda final desde que inició la pandemia; por ahora será la nueva realidad.
¿A dónde vamos a ver la mejenga? Al ser el Herediano casa, había que ir a una zona de Heredia y luego de consultar a aficionados del Team, la decisión fue sencilla, Restaurante Luna, diagonal a la casa de don Eladio, el estadio Rosabal Cordero.
A falta de dos horas del arranque del partido a las 8:00 P.M. el ambiente era tranquilo; pocas personas no solo por la hora, sino porque hay que respetar el aforo y los estrictos protocolos del Ministerio de Salud. Ellos lo tenían claro y se hacían respetar.
¿Cómo no hacerlas respetar si el Restaurante Luna tiene 31 años trabajando? Javier Antonio Gutiérrez, dueño del Restaurante Luna cuenta con gran experiencia a la hora de recibir de la mejor manera a los clientes de su local, por algo se ha mantenido en el gusto de los clientes.
¿Cómo se preparan para un partido de una final?
-Ahora nos preparamos porque la gente llama y guarda los campos, aparta la mesa porque no pueden estar de pie, no se puede meter toda la gente, se trabaja con un 50% de aforo, entonces ha sido difícil por la pandemia. Nos ha afectado demasiado. Hoy trabajamos con el cupo limitado, solo con mesas reservadas.
¿Cómo ha cambiado la pandemia al negocio?
-Lo que era antes un partido a lo que es ahora, es totalmente diferente. Una suposición, vendíamos 80, 90 cajas de cervezas en dos horas, ahora si acaso 10 cajas, le soy sincero, porque la pandemia nos ha afectado demasiado. A trabajar así, con las normas de higiene del negocio y con el protocolo bien establecidos para lo mismo, para que no nos afecte y no tener problemas con las autoridades- y llevar las cosas bien, para que el cliente se sienta contento y nosotros estar contentos de que todos nos estamos cuidando.
Y la gente realmente se veía contenta, dentro y fuera del local. A la llegada de El Guardián, siempre hubo un trato ameno y amable por parte de todos; esa debe ser la magia del Restaurante Luna, para continuar vigente por tanto tiempo entre los heredianos y no heredianos, porque entre tanto rojo y amarillo, se asomó un rojo con negro.
Antes de empezar el partido se siente los nervios de los aficionados y recuerdan que el Restaurante Luna es como una familia. Así nos lo expresa Esteban A. Monge Morales, aficionado florense que lleva 5 años en Heredia y sabe en qué lugar reunirse.
Esteban también recuerda que hay que seguir apoyando a Jafet Soto, qué le ha dado mucho al equipo rojo y amarillo.
¡Comienza el partido!
Nerviosismo, ansias, ganas de gritar como en el estadio; buena bebida y buena comida se pueden disfrutar antes y durante el partido. Se siente algo de tensión. Se oyen esporádicos gritos alentando o quejándose de una decisión arbitral.
Ambiente tranquilo, tal vez porque el restaurante está al 50% de su capacidad, por respeto a las normas, porque si fuera por los que preguntaron a la puerta, esto estaría lleno; hasta desde las ventanas se ve uno que otro aficionado y aporta un grito al televisor. Los que lograron ingresar están disfrutando de sus burbujas familiares en las mesas.
“De siempre estamos aquí. Fieles a Javier, fieles al restaurante. La mayoría de heredianos somos files al bar restaurante luna. No somos clientes, somos familia. Todos somos familia” comentaba María Esther Salinas, ella que se acercó en su burbuja a disfrutar del partido. Todo iba muy bien hasta el minuto 37 del primer tiempo momento que anotó la Liga.
Javier Antonio Gutiérrez, dueño del restaurante Luna
¿Este año ha sido el más difícil?
-Ha sido el año más difícil, le soy sincero, es el año que tuvimos 6 meses cerrado el negocio. Nos tuvimos que pasar a restaurante para poder abrir y seguir laborando. Contaba con 5, 6 empleados, ahora cuento con solo uno y mi persona trabajando. No nos da, con este límite así es muy poco lo que nos da. Pero diay hemos tratado de seguir adelante.
Un buen ambiente.
El día del partido hubo buen ambiente. A pesar de que el Team iba perdiendo, las personas seguían comportándose amablemente con el equipo de El Guardián, hasta llegar al punto de ponerse a conversar y salirse de la labor periodística y hablar sobre el proyecto. Pero pronto se volvió a la tarea de informar.
“Yo tengo 30 años de venir a este bar, tal vez un poco más. Siempre he venido por el ambiente, por la camaradería y que se vive bien cuando hay fútbol, sin pleitos ni nada. Uno disfruta de todo, la comida, la bebida, la amistad. Es el bar de los partidos cuando juega Heredia. Puede haber diferencias en algún momento, pero no se pasa a mal. Se vive bien aquí” expresó José Miguel Parra Cortés con el que durante el segundo se conversó.
Antes de hacer la nota, se recomendó este bar para vivir una experiencia muy herediana y amena. La verdad no defraudó. Gran ambiente, buena comida, grandes personas y un trato amigable con el equipo periodístico. Tal vez perdió Heredia, pero El Guardián salió ganando y por mucho del Restaurante Luna.