Dos medallas para Costa Rica en olimpiada de biología
Costa Rica celebró dos importantes reconocimientos al ganar dos medallas en las VIII Olimpiadas Centroamericanas y del Caribe de Biología (OLCECAB), realizadas del 16 al 22 de noviembre en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, República Dominicana.
La delegación nacional estuvo encabezada por José Pereira-Chaves y Federico Herrera-Madrigal, académicos de la Universidad Nacional y miembros del jurado internacional de la competencia.

Las estudiantes Kristen Solís, de 16 años, y Lynn Knight, de 17, obtuvieron las medallas de oro y plata, respectivamente, tras superar pruebas teóricas y experimentales de alta complejidad. Ambas participaron como parte de las Olimpiadas Costarricenses de Biología (OLICOCIBI), organizadas por las universidades públicas del CONARE, el MEP y el MICITT bajo criterios académicos rigurosos y transparentes.
Dos medallas para Costa Rica en olimpiada de biología
De acuerdo con la organización, estas competencias promueven habilidades científicas avanzadas y fortalecen capacidades como análisis crítico, argumentación, creatividad y resolución de problemas. También fomentan habilidades socioemocionales como liderazgo, resiliencia, disciplina y trabajo colaborativo, aspectos que complementan la formación académica de los jóvenes participantes.
Las OLCECAB también impulsan la creación de redes regionales entre estudiantes con intereses científicos, quienes comparten experiencias y enfrentan retos interdisciplinarios en un ambiente multicultural. Según los coordinadores, este intercambio contribuye a reforzar vocaciones en áreas STEM y genera oportunidades para el desarrollo profesional de largo plazo.
Al cierre del evento, Costa Rica fue seleccionada como sede de la IX Olimpiada Centroamericana y del Caribe de Biología, prevista para noviembre de 2026. La designación reconoce el liderazgo del país en educación científica y permitirá proyectar valores nacionales como sostenibilidad, biodiversidad, equidad y promoción del conocimiento.
Además, la organización destacó que asumir la sede regional implica un impulso para las instituciones educativas y científicas del país, que deberán coordinar actividades académicas, logísticas y culturales para recibir a delegaciones internacionales. Este proceso, según los organizadores, también fortalecerá las capacidades locales en gestión y divulgación científica.

Finalmente, el reconocimiento internacional llega en un momento clave para la educación científica en Costa Rica, que busca ampliar la participación estudiantil en competencias globales y promover nuevas generaciones de profesionales en ciencias biológicas. La designación como sede en 2026 representa una oportunidad para consolidar estos esfuerzos y visibilizar el potencial académico de la juventud costarricense.






