Descalificación en redes: ¿de dónde proviene el odio?
(Por MSc. Jacqueline Pérez Navarro, El Guardián) – Ad hominem del latín (homo-hominis) contra la persona, consiste en descalificar a la otra persona o grupo de personas en una discusión debido a situaciones o circunstancias que rodean a la persona, no así al argumento en discusión.
Cada día somos testigos de la falacia ad hominem. En los medios de comunicación y/o las redes sociales, cuando hay dos partes que defienden argumentos contrarios y una de ellas intenta desacreditar a la otra recurriendo a argumentos irrelevantes; aspecto personal, edad, religión, grados académicos, nacionalidad, zona geográfica donde vive, cultura, genero, trabajo y demás.
El objetivo principal consiste en desacreditar a la persona que defiende una idea redirigiendo el foco de atención hacia un aspecto irrelevante que nada o poco tiene que ver con la situación en cuestión.
En las redes sociales se encuentra con abundancia este tipo situaciones. Así las críticas tipo: “Usted qué opina si ni bachillerato de cole tiene”. O respuestas del tipo “primero véase en un espejo y luego escribe” “dígalo sin llorar”. Es común que se ataquen características personales del interlocutor que, supuestamente, entran en contradicción con la posición que defienden.
¿Qué se gana con esto?
“Las grandes mentes discuten ideas, las mentes mediocres debaten sobre los acontecimientos, las mentes pequeñas hablan de los demás” Eleanor Roosevelt.
La falacia ad hominem suele ser el resultado de la falta de argumentos y frustración. Por ejemplo, cuando un futbolista no alcanza la bola y mete el pie a su adversario para que se caiga.
Cuando no se tienen ideas sólidas, se recurre a estos ataques. Pueden llegar a ser extremadamente hirientes y tienen como objetivo que el otro se avergüence, guarde silencio o que pierda su credibilidad ante los demás.
Importante indicar que los ataques personales descalifican más al atacante al demostrar su pobreza argumental. Quien no puede usar las ideas, quiere ganar a toda costa, porque se cree sabio en su propia opinión.
Investigación de la Universidad Estatal de Montana.
Investigadores de la Universidad Estatal de Montana, pidieron a una serie de personas que leyeran afirmaciones científicas e indicaran sus actitudes hacia las mismas. En algunas afirmaciones se añadía un ataque directo a la base empírica de la afirmación científica, en otras se insertaba un ataque ad hominem al científico que hizo la afirmación.
Los investigadores constataron que los ataques ad hominem tienen el mismo impacto en nuestras opiniones que los ataques basados en argumentos lógicos y científicos. Eso significa que no somos objetivos valorando los argumentos.
Si alguien ataca la fuente de la información, su credibilidad o pone en tela de juicio sus valores, sembrará la semilla de la duda y es probable que se le de menos importancia y credibilidad a sus ideas y opiniones.
Muchos están acostumbrados a ver las discusiones o debates como competiciones en las que debe haber un ganador y que para ganar no siempre hace falta tener la razón, sino imponerse, aunque sea con descalificaciones.
Es importante tener la mente abierta y ponernos en alerta ante cualquier ataque personal porque probablemente implica que detrás hay una opinión o idea sólida que resulta difícil desmontar.