Defensoría y politiquería
Artículo de Opinión
(Por *Albino Vargas Barrantes para El Guardián) – Elaboramos estos comentarios en la tarde del pasado domingo 12 de febrero de 2023, sin tener ni el más mínimo indicio de quién será, finalmente, la persona que ocupará la responsabilidad de conducir la Defensoría de los Habitantes de la República en los próximos cuatro años.
Al observar cómo ha sido el proceso de todos estos días en la Asamblea Legislativa con tal propósito; constatando cómo lo politiquería, de una u otra forma, abierta o solapada, intra o extramuros parlamentarios, contamina esta elección se nos ocurre pensar en lo siguiente:
Sin duda, este proceso de nombramiento desata pasiones de la partidocracia que está representada en el parlamento. Para bien o para mal (más para mal que para bien), se hacen cábalas y se tejen maniobras diversas para conseguir los votos suficientes en favor de fulanito o de sutanita, mediando lealtades y adhesiones que no lo son, necesariamente, en favor de la gente a la que se va a defender.
Así las cosas, considerando que la democracia representativa está muy desprestigiada y hay gran pérdida de credibilidad en el propio parlamento; y, por otro lado, que Raymundo y todo el mundo se rasga las vestiduras con eso de Democracia Participativa, que no es más que una quimera por cuanto quienes detentan el poder político-formal (no el real), así facilito no lo soltarán; se nos ocurre plantear lo siguiente:
La Asamblea Legislativa siempre seguirá con la responsabilidad constitucional de elegir a quien estará a cargo de la Defensoría de los Habitantes y de las Habitantes, solamente que deberá escoger, hacer tal selección, a partir de una terna que le llegará de parte de organizaciones diversas de lo que conocemos como sociedad civil, las cuales se inscriben expresamente para participar en tal pre-selección, definiéndose para eso todo un protocolo riguroso para evitar el oportunismo de entidades cuyo nombre y sigla tienen más letras que la cantidad de personas que dicen representar.
¿Cuáles organizaciones? Sindicatos, cooperativas, asociaciones solidaristas, colegios profesionales, cámaras empresariales, grupos ecologistas, de Derechos Humanos, de Desarrollo Comunal, por ejemplo.
Las diputadas y los diputados de la comisión parlamentaria de nombramientos entrevistarán a la terna recomendada desde la sociedad civil y encargarán al plenario legislativo apoyar a una de las tres; aunque, en el propio plenario se puede elegir a cualquiera de las otras dos, no necesariamente la recomendada.
Vamos a suponer que a nivel del grupo pre-seleccionador de entidades de la sociedad civil, la terna representa lo mejor de lo mejor de las aspiraciones a ocupar ese cargo de Defensor o Defensora y, por tanto, la ciudadanía podrá contar con un o con una costarricense sin vínculos político-partidarios. Su compromiso exclusivo el de enaltecer los valores de esta entidad y mostrar que sí sirve a la Democracia, a la Paz y al Bien Común.
Desde nuestra acera de la lucha social-sindical de todos los días, uno percibe el crecimiento de opiniones del más diverso orden que, no solamente se cuestionan para qué sirve la Defensoría hoy día, sino que plantean su cierre total.
Por el contrario, nosotros pensamos que la dolorosa realidad socioeconómica que vive nuestro país, en la cual se da ya el reino de la desigualdad, el papel de la Defensoría puede agigantarse, potenciarse, validarse muchísimo más; especialmente si esta entidad, con verdadera convicción política y sin cálculo politiquero, asume la bandera de la defensa y de la promoción de los tratados internacionales suscritos por el país y ratificados por nuestra Asamblea Legislativa en materia de Derechos Humanos, como estandarte fundamental y estratégico de la defensa de los y de las habitantes de la República.
*Escrito por Albino Vargas Barrantes Secretario General Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP).