Coronado por dentro, un acertijo por resolver
Hermosísima zona que ofrece de todo y muy cerca
Coronado. Dígame ingenuo, despistado, o hasta «Nuevo» en el barrio, pero nunca imaginé encontrar tanta adrenalina tan cerca de mi casa, justamente a siete kilómetros de distancia en Coronado.
Esa mañana amanecí con pereza, y acomparsado de un cielo encapotado para cumplir con un destino más.
Manos a la obra y en El Guardián móvil tomamos hacia el lugar de la iglesia más Linda de Costa Rica.
Pusimos el Waze, o Google Maps, la verdad uno de esos con destino a Monserrat de Coronado, más allá de Las Nubes.
Recuerdo con nostalgia este lugar, pues pequeño viví la experiencia de ordeñar vacas. Una amiga de mi mamá me llevó al corral, me sentó en un banco para apretar suavemente la ubre que disparó un chorro de felicidad. Leche al pie de la vaca y yo cual ternero.
Hablamos de 40 años atrás, y recuerdo vagamente llegar allí en un bus destartalado en medio de nubes descendidas hasta el nivel del piso.
Por eso al comenzar a subir experimenté un dejavú al encontrar el rótulo de Bienvenidos a las Nubes de Coronado.
No resistí la tentación cuando por el Acueducto observé un campo teñido de morado, de inmediato decidí bajarme para preguntar cómo llegar hasta allí.
Si los irlandeses tienen su creencia en el Trébol de Cuatro Hojas, los Ticos tenemos la Santa Lucía para ni faltarle la plata ni la suerte. Sólo florece una vez al año.
Coronado es una zona especial para el crecimiento de esta planta en desuso por las nuevas generaciones, pero imperdible para darse el baño de las siete hierbas con el cambio de almanaque.
Me brinqué una cerca de alambre de púas para toquetear el enorme campo de plantas de hasta 70 centímetros de alto, tóxicas si se ingiere en un brebaje.
Por eso les digo, Coronado es un acertijo por descubrir y llevarse gratas sorpresas como un olor a boñiga en el ambiente a la entrada de las nubes o grupos de ciclistas en ascenso.
De hecho, no sabía el interés que despierta Coronado arriba para el apetito de cuestas entre los «cleteros».
Tropas avanzan cuál escarabajos para rodar y vencer la gravedad en un recorrido de dos kilómetros paraditos.
Atrás quedó Las Nubes para desviarse a la izquierda rumbo a Cascajal, una pintoresca zona de lo más lindo visto por ojos de metropolitano.
Faltaba recorrido para llegar a una calle donde ya se termina la comodidad para un vehículo no adecuado, pero observé autos de todo tipo hasta cierto punto donde la doble se vuelve una necesidad.
De la iglesia de Monserrat a la entrada de Locos por el Bosque pura piedra base donde se puede quedar cualquiera botado.
No se pierda el reportaje audiovisual para comprobar el hecho de que si sos amante de los rallys este no podés dejarlo ir.
Después de sortear el camino con nuestro «No lo maneje, maltrátelo» llegamos hasta la cabaña de Locos por el Bosque donde se registra uno.
Instrucciones generales, lavado de manos incluido, el carro se deja sobre el empedrado camino, y se cancelan tres mil colones por persona. Le colocan un brazalete de papel para identificar que no te estás colando.
Hay que caminar una primera parte difícil por un barreal donde ocupas técnica y paciencia. Después caminar hasta el portón donde comienza el ingreso.
El camino tiene dos recorridos. Uno hacia el Río Volcán, y el otro hacia el mirador, todo guiado por cintas de colores naranja y rosa.
La montaña literalmente te traga al ingresar por un sendero estrecho que obliga a dar campo si te topas con alguien de frente.
Un hilo de agua en el suelo convertido en baño público de los pájaros que no temían la presencia humana. Oírlos cantar fue pura magia.
Seguir el camino para toparse con un rótulo de desviación camino al Río por donde de llega bajando interminables gradas de madera con pasamanos.
Al suave, ocupas media hora para llegar hasta el cauce del río, no voy hacer spoilers de la belleza escénica, por eso los invito a ver el Audiovisual.
Canto de aves, estruendo del río, la brisa de la montaña te envuelven para comenzar adivinar el acertijo.
Coronado es ríos volcánicos, flora y fauna diversa, aire puro, todo cortesía del Parque Nacional Braulio Carrillo en complicidad con las faldas del Volcán Irazú.
La belleza escénica del mirador vale la pena el ascenso y travesía por media hora en pura escaldada en un silencio solo roto por aullidos lejanos de monos y el cántico de los pájaros. Es Soledad pura.
Ocupas más o menos en el recorrido completo tres horas para no perder detalle de la belleza.
Hay que salir temprano porque oscurece rápido en la montaña, llevar zapatos adecuados, ropa de secado rápido, merienda, y dinero para almorzar de regreso. En la cabaña hay baños para cambiarse.
Si no llevas carro adecuado será mejor dejarlo entre dos y cinco kilómetros antes, la calle es ruda. Caminar sabroso y genial para la condición física. Iglesia o Escuela de Monserrat los lugares para dejar el vehículo. El Guardián vio una patrulla ingresar en labores preventivas al caserío.
Les recomendamos el restaurante Rocío en Monserrat, lo distinguen fácil por un bullón afuera del negocio.
Sopa de mondongo, olla de carne, tortillas palmeadas, fresco natural, café, aguadulce, simplemente delicioso. Todo hecho a la leña.
Coronado ofrece a través de la Agencia D-Ride o Locos por el Bosque tour de montaña. El próximo nuestro será hasta Río Blanco, ocupamos cuatro personas más, doce horas de caminata por dentro. ¿Quién dijo yo?.