¿Cómo tirar un penal perfecto? La FIFA nos responde
Por penales, esta mañana España fue eliminada en los octavos de final de la Copa Mundial de Catar 2022 por Marruecos. España falló todos sus tiros de penal para un resultado de 3×0 a favor de los africanos. Esto trae una pregunta ¿Cómo tirar un penal perfecto?, la FIFA quiere responder esta interrogante con su documental, The Long Walk (La larga caminata) disponible en su plataforma de streaming (transmisión en línea) FIFA+.
¿Cómo tirar un penal perfecto? La FIFA nos responde
El periodista y escritor inglés Ben Lyttleton inaugura la serie documental The Long Walk, que puedes seguir gratis en FIFA+, con la siguiente definición sobre lo que supone tirar un penal: “Un balón, un jugador, un portero y la portería. Se trata de la más pura expresión de la esencia del fútbol”.
Según la anterior definición, ejecutar una pena máxima debería resultar algo sencillo para quienes juegan al fútbol durante horas y horas desde una edad muy temprana. Se trataría simplemente de patear una pelota parada y marcar gol, ¿no es así? Pues nada más lejos de la realidad.
El documental, que se divide en tres partes, incluye numerosas historias de héroes de los penales, que contrastan con las de futbolistas que no tuvieron tanta suerte y acabaron convertidos en villanos.
Con el objeto de determinar la fórmula para lanzar la mejor pena máxima posible, en el documental se conversa con decenas de jugadores de máximo nivel retirados y en activo, así como con expertos y estudiosos de diversos ámbitos.
Del rugby a las leyes de la física
Entre los estudiosos consultados destacan Metin Tolan, profesor de física de la Universidad de Gotinga (Alemania), y Clive Woodward, conocido entrenador de rugby que dirigió a la selección inglesa durante siete años y dejó el cargo para probar suerte… en el mundo del fútbol. Como no podía ser de otro modo, Tolan se centró en los aspectos teóricos, mientras que Woodard optó por hacer una recomendación práctica.
El físico alemán se declaró dispuesto a estudiar la manera en que las leyes de la naturaleza pueden servir de ayuda a los futbolistas a la hora de ejecutar una pena máxima. En primer lugar, el científico sugiere simplemente que los jugadores se cambien las botas antes de chutar, puesto que un mayor peso del calzado se traducirá en un incremento de la velocidad del balón golpeado. “No entiendo cómo es que no hay ya jugadores que hacen eso”, asegura.
Así, una vez equipados con un calzado más apropiado, los jugadores podrían apuntar a las zonas de la portería que, según los cálculos de Tolan, garantizan que la acción va a terminar en gol: “Se puede hablar de partes de la portería a las que el guardameta no llega”.
El “mapa” de la portería se elabora teniendo en cuenta las dimensiones del larguero (7,32 metros de largo y 2,44 de alto) y un guardameta de 2,00 metros de estatura. Se considera además que la velocidad de la pelota cuando se ejecuta un penal alcanza como promedio los 100 km/h, por lo que el esférico llega a la portería en 0,4 segundos. Si respeta las reglas y mantiene los pies sobre la línea hasta el momento del golpeo, el arquero nunca llegará a ciertas zonas de la portería, aunque se lance en la dirección adecuada, y esas zonas no son otras que los ángulos superiores e inferiores de la meta.
Llegados a este punto, podemos añadir a la fórmula la recomendación práctica que hacen Woodard y su preparador de pateadores David Alred, quien siguió al primero en su inusitado salto de los campos de rugby a las filas del Southampton FC. “Es el mejor entrenador que he visto en lo que a trabajo individual se refiere”, asegura Woodard en alusión a su auxiliar.
Cuando analizó los principios que rigen los lanzamientos de penal, Alred concluyó que tanto los jugadores como la pelota deberían describir unas trayectorias determinadas. En concreto, se trataría de trazar una especie de letra jota acostada.
“El jugador avanza hacia la pelota en línea recta y chuta, de manera que el balón también se mueve en línea recta, pero se eleva a mitad de camino [y describe una trayectoria en forma de jota]”, explica Woodard. “Antes de llegar a esa conclusión, Alred se percató en los entrenamientos de que muchos futbolistas describían una trayectoria en forma de ce, puesto que al aproximarse a la pelota trazaban una curva que se manifestaba también en el golpeo, lo cual no resultaba idóneo”, añade.
Todo menos una lotería
Sin embargo, de nada sirve conocer toda la teoría si a la hora de chutar no se tiene la cabeza en su sitio. Y en eso radica tal vez la cuestión más importante en materia de ejecución de penas máximas. Se podría decir que el mundo del fútbol está dividido en dos grupos: el de aquellos que consideran que los penales constituyen un fenómeno aleatorio para el que no cabe preparación posible y el de quienes opinan que un trance tan cargado de dramatismo se puede abordar de modo metódico y sistematizado.
Durante su intervención en el documental, Lothar Matthaeus, líder de la selección alemana que se proclamó campeona del mundo en Italia 1990, revela que su selección entrenaba las penas máximas diariamente. En las semifinales de aquel certamen, el combinado germano eliminó a Inglaterra en los lanzamientos desde los 11 metros precisamente. Y es que Alemania no perdió ninguna de las seis tandas que le tocó disputar desde la Copa Mundial de la FIFA 1982 hasta la Eurocopa 2016.
En tales circunstancias, cualquiera pensaría que Matthaeus, todo un emblema del fútbol alemán, pertenece al grupo de los metódicos, pero nada más lejos de la realidad: “Puedes entrenar los penales, pero hablamos de algo para lo que no cabe preparación posible. El ambiente, la presión y el cansancio que se siente tras 120 minutos de partido son cosas que no se pueden entrenar”, asegura.
Sin embargo, The Long Walk plantea varios ejemplos de selecciones que entendieron la preparación de una manera diferente. En la Copa Mundial de la FIFA 2002, la animosa selección surcoreana realizó innovadoras sesiones de entrenamiento a las órdenes de Guus Hiddink, que buscaba que los futbolistas saliesen de su zona de confort.
El técnico holandés compartía incluso la opinión de que resultaba difícil simular la presión de un estadio lleno. En cualquier caso, Hiddink intentaba que la mecánica de golpeo de sus jugadores resultase lo menos estática posible, por lo que sus futbolistas trabajaban con dinámicas encaminadas a romper la rutina. República de Corea alcanzó las semifinales de aquel certamen tras eliminar a España en la tanda de penales de cuartos de final.
El método Southgate
Quizá el caso más emblemático de un enfoque racional de los penales sea el de la Inglaterra contemporánea, dirigida por Gareth Southgate. Cuando se hizo cargo del combinado inglés, el entrenador y exdefensa tuvo que gestionar una situación diametralmente opuesta a la de Alemania, ya que Inglaterra había perdido nada menos que sus últimas cinco tandas de penales.
Y es que el propio Southgate había vivido ese infortunio en sus propias carnes cuando falló una pena máxima en semifinales de la Eurocopa 1996, donde la escuadra inglesa cayó frente a Alemania a pesar de jugar en casa. En un intento de explicar esa infausta racha, las varias fuentes consultadas coinciden en que se podría decir que, históricamente, Inglaterra trató los penales como algo banal hasta que se convirtieron en un trauma.
Entre todos los procedimientos que Southgate puso en marcha, la preparación de las tandas de penales se convirtió en una de las prioridades del técnico, que abordó la cuestión con una meticulosidad que impresionó al grupo.
“Hablábamos de cómo tirar un penal y hacíamos tandas al final de cada entrenamiento. No se trataba solo de chutar, sino que también nos juntábamos en el centro del campo, etc. Fue así como entendimos que a la hora de ejecutar la pena máxima había que relajarse, respirar y esperar el tiempo que resultase necesario. Una vez que estás concentrado, ahí es cuando lanzas”, revela Ashley Young.
En este sentido, las estadísticas que se presentan en el documental otorgan la razón a los métodos de Southgate: por ejemplo, cuando caminan lentamente hacia la pelota tras el silbatazo del árbitro, los futbolistas transforman la pena máxima en el 80% de las ocasiones, mientras que los que aceleran el paso solo alcanzan un 60% de efectividad.
Además, al dictar el desarrollo del proceso correspondiente a la tanda y seleccionar con rigor a los jugadores que van a chutar, el entrenador no solo asume la responsabilidad, sino que quita presión a los lanzadores y les transmite confianza.
En los octavos de final de Rusia 2018, cuando Jordan Henderson falló un penal en la tanda contra Colombia, Inglaterra mantuvo la serenidad y acabó llevándose el gato al agua y poniendo fin a su fatídica racha. La selección inglesa alcanzó las semifinales de aquel certamen y logró así su mejor resultado desde 1990.
Tres años más tarde, Inglaterra alcanzó la final de una Eurocopa cuyo partido por el título se disputó otra vez en tierras inglesas. Aunque la escuadra británica volvió a caer en la tanda de penales, esta vez frente a Italia, la sensación que rodeó al equipo ya no fue la de estar viviendo un drama irremediable, sino la de haber sufrido un revés que tocaba asumir a pesar de la concienzuda preparación con la que se había llegado al duelo.
FUENTE: FIFA+