Carne asada en la Guaria de Sarapiquí «Para todos da Dios»
En la Guaria de Sarapiquí, una zona de mucho tránsito de turistas nacionales y extranjeros hay dos puestos de venta de carne asada; pero detrás del carbón, las brasas y los pinchos, hay una historia de amistad, apoyo y deseos de superación. Francisca Zavallo y Maricela Oporta bajo el lema de «para todos da Dios» nos muestran que aún hay solidaridad.
«Yo empecé hace 3 años en vender carne acá. Me tiré a vender carne porque yo tengo un hijo que es discapacitado. En mi casa tengo una maquila pequeñita, pero con la pandemia se ha venido todo abajo, no hay trabajo en eso» comentó doña Francisca Zavallo, que impulsada por una necesidad, encontró un campito para su puesto de carne asada.
«Esto me impulsó a estar más aquí, estar los fines de semana. Ya uno se acostumbró en ver a la gente, que le ofrecemos pinchito que carne verdad, lo que hay aquí siempre. Ya la gente se acostumbró a pasar aquí y comerse un pinchito, tomarse un fresco. Eso es bonito» aseguró doña Francisca.
Todo empezó en un hospital
La suerte o la providencia divina unió a dos emprendedoras, una que ya conocía el negocio y otra, que por situaciones de la covid-19 se encontraba sin empleo.
«Yo me la topé un día a ella (Maricela Oporta) me dijo que estaba pasando una situación difícil, entonces yo le dije vaya, entonces un amigo le prestó el equipo para que saliera a ganarse la plata. Ahora gracias a Dios ella ya tiene su equipo. De eso se trata, para todos da Dios y a mí me da a ella le da» afirma doña Francisca.
Maricela Oporta, se encontraba en una cita en el hospital de Heredia, cuando el destino le tenía una respuesta a su situación laboral de la mano de la carne asada.
«Vieras que al principio me costó, porque algo que no había hecho. El primero de mayo me quedé sin empleo y al ver la situación que no se agarraba trabajo. Casualmente me la topé a ella(Francisca Zavallo) en una cita en el hospital de Heredia. Me dice ella ¿Por qué no vendes carne?, yo vendo. Algo que hagas y llevas plata a la casa» cuenta Maricela de su encuentro.
«Le dije a mi hija y ella me dijo que me echara al agua, que ella me apoyaba. Eso fue en octubre y desde ese momento empezamos a trabajar. Los primeros días fueron difíciles, llevamos lluvia, viento, pero gracias a Dios ha sido un éxito. Yo le agradezco a ella porque me impulsó a seguir aquí. Hay días difíciles, la muni llegó ayer y no nos dejó trabajar, pero aquí estamos hoy» relata Maricela.
La situación de ella no deja de parecerse a la de muchos costarricenses que están en trabajos informales para lograr mantener a la familia y cumplir con las obligaciones.
«De esto estamos pagando los colegios, las cosas de las chiquillas, la comida, los alquileres de la casa, pero si quedamos sin trabajo y no hacemos nada ¿Cómo vamos a ayudarnos nosotras? Cada día con la ayuda de Dios salir adelante. Si no fuera esto, sería vender helados. Hay que salir adelante de alguna forma» asegura Maricela.
Puedo decir con orgullo que soy una mujer emprendedora
La vida está dura, pero hay que salir adelante
Con un gran orgullo doña Maricela habla de su hija Estefany Oporta, colaboradora del negocio familiar y que apoya a su madre en todo lo que necesita en el puesto. Cobra, cocina y atiende clientes. A ella también le da un consejo para el futuro.
«Ella es muy valiente, tiene 14 años. Estudia, me ayuda con los deberes en la casa, venimos a trabajar, es muy enfocada. Yo la animo y lo primero que le digo es que tenga valores, de mi trabajo. Qué ella impulse, que estudie y que la vida está dura, pero que hay que salir adelante ¡Ha sido un éxito!» cuenta orgullosamente doña Maricela.
Mensaje para las mujeres
Si pasan por la Guaria de Sarapiquí, los invitamos a parar y probar esta carne asada que doña Francisca como doña Maricela los van a atender con una sonrisa.