Cáncer Costa Rica : 2040 tendrá el doble de casos
Cáncer, una palabra que agrupa más de 200 enfermedades distintas, cuya característica común es que las células de un órgano o tejido crecen de forma rápida, descontrolada y son capaces de invadir otros sitios del cuerpo.
Cáncer Costa Rica : 2040 tendrá el doble de casos
Una palabra de seis letras que cambia la vida de las más de 20 millones de personas, y la de sus seres queridos, que son diagnosticadas cada año en el mundo. Y ese número va en aumento.
Gracias a las mejoras en las condiciones sociales y de salud, la expectativa de vida ha aumentado sustancialmente.
No obstante, vivir más conlleva a un tiempo de exposición más prolongado a factores del entorno y estilo de vida contundentemente asociados con el riesgo de desarrollar cáncer. Algunos son el tabaquismo, el sobrepeso y obesidad, la exposición prolongada a la luz ultravioleta y la ingesta excesiva de alcohol.
En Costa Rica, cada año, más de 13 000 personas son diagnosticadas con cáncer y más de 6 000 mueren por la misma enfermedad. Según la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el año 2040 el número de casos nuevos y muertes en el país será casi el doble. De no tomar acciones de forma pronta y decidida, la avalancha de casos y muertes por cáncer será una realidad.
Para frenar esas tendencias crecientes, se deben redoblar esfuerzos en materia de diagnóstico temprano. Es importante, sin embargo, tener en cuenta que la detección temprana por sí misma no rinde frutos si no forma parte de una estrategia más integral, que también refuerce el acceso oportuno al tratamiento y la prevención.
Es indispensable garantizar que las personas con referencia por sospecha de cáncer o ya diagnosticadas con cáncer reciban de forma expedita el tratamiento más eficiente para su enfermedad, sea este quirúrgico, sistémico (como quimioterapia) o por radioterapia. Y es que mientras el paciente espera, la enfermedad avanza, lo cual reduce sus posibilidades de supervivencia, desmejora su calidad de vida y encarece el tratamiento.
Conforme el cáncer crece en tamaño, las células cancerosas acumulan más mutaciones (daño en el ADN, su manual de instrucciones). Por tanto, aumenta la diversidad de células malignas y esto repercute en el crecimiento y grado de agresividad tumoral. Con ello, es cada vez más probable que surja resistencia a las terapias anticáncer.
Con el tiempo, también aumenta la probabilidad de que las células cancerosas se desprendan del tumor primario, se diseminen a otros sitios del cuerpo y formen metástasis. Esto resulta clave en la enfermedad, pues se estima que el 90 % de las muertes por cáncer se deben a los cánceres metastásicos.
Otro aspecto que empeora con el tiempo tiene que ver con el crecimiento descontrolado de las células de cáncer, las cuales consumen de forma excesiva e ineficiente los nutrientes que también son necesarios para las células sanas que forman los tejidos del cuerpo. Entre más grande sea un cáncer, más se deteriora la condición física de la persona, porque las células normales se quedan sin los insumos necesarios para sus funciones.
En conjunto, los factores biológicos mencionados dejan claro que un cáncer detectado y tratado tardíamente es sinónimo de una enfermedad más agresiva, con lo cual empeora la probabilidad de supervivencia y la calidad de vida de las personas, y aumenta el costo de atención por paciente para el sistema de salud.
Estudios epidemiológicos han demostrado en la práctica que el tiempo entre el diagnóstico y el tratamiento de un paciente con cáncer es crítico si se desea disminuir la mortalidad. Por ejemplo, un estudio publicado en el 2020 concluyó que, por cada mes de retraso en el tratamiento de una persona con cáncer, el riesgo de muerte aumenta cerca de un 10 %.
A la luz de lo anteriormente expuesto, es necesario definir estrategias que reduzcan el tiempo que transcurre desde que un paciente se refiere por sospecha de cáncer hasta su tratamiento. Según un reporte de la OCDE del 2019, en países de primer mundo como Islandia, Nueva Zelanda y Reino Unido el tiempo meta entre referencia por sospecha de cáncer a tratamiento es de ocho semanas, mientras que el tiempo entre diagnóstico y tratamiento es de cuatro semanas.
En Costa Rica no existe un tiempo meta a nivel país en la ruta del paciente con cáncer. Aunado a esto, cada región y hospital del país tiene un manejo diferente. Según el consenso de tres oncólogos nacionales a quienes se les consultó al respecto, en Costa Rica no existen las estadísticas del tiempo promedio que transcurre entre la referencia por sospecha de cáncer al tratamiento del paciente.
También indicaron que aunque en algunos hospitales el tiempo entre el diagnóstico y tratamiento podría ser de cuatro semanas, el tiempo entre sospecha y diagnóstico puede ser de varios meses. Una de las causas de esto se debe a la falta de especialistas, que conlleva a enormes listas de espera y plazos para el reporte de procedimientos de seis meses hasta un año.
Esta situación es alarmante. Si por cada mes de retraso en el tratamiento de la enfermedad aumenta un 10 % el riesgo de muerte, tal como demostró el estudio citado, en Costa Rica los pacientes con cáncer podrían tener un riesgo de mortalidad hasta un 50 % mayor, comparado con otros países. Esta podría ser una de las razones por las que, a pesar de que se ha mejorado el diagnóstico, la incidencia de casos de cáncer es similar a países de primer mundo, pero la tasa de mortalidad por cáncer es la segunda más alta de Centroamérica (y México), similar a la de Honduras (Globocan, 2020).
Para generar un cambio en las tendencias crecientes de incidencia y mortalidad por cáncer en el país, es urgente atacar los problemas estructurales que actualmente presenta nuestro sistema de salud. Es necesario mejorar el acceso a los servicios, garantizar la formación de más especialistas, reducir los tiempos de espera actuales, invertir en tecnologías de punta y agilizar los sistemas burocráticos con la intención de que se garantice el acceso de los pacientes a los tratamientos más efectivos actualmente disponibles.
En resumen, es crucial establecer una meta país en la ruta del paciente con cáncer, pues aunque el tiempo cura las heridas, en la lucha contra el cáncer, el tiempo es nuestro peor enemigo. (Tomado de Voz Experta UCR).