Caja insta a asmáticos y familiares a conocer más sobre el padecimiento
¡Aprender a controlar el asma es fundamental para tener una vida normal! Así lo señala el Dr. Arturo Solís Moya, especialista en pediatría y neumología del hospital Nacional de Niños.
A pesar de que es una enfermedad controlable, muchas personas la siguen viendo de manera estigmatizante y relacionan el asma con limitaciones en la vida cotidiana, como crisis frecuentes, la necesidad de no realizar actividades físicas y deportivas, noches en servicios de urgencias y nebulizaciones constantes.
El asma es una enfermedad respiratoria que afecta las vías aéreas, lo que produce dificultad respiratoria, tos, sibilancia y la apretazón de pecho.
Asmáticos en Costa Rica
Aproximadamente entre un 15% y un 20% de los niños que desarrollan asma en la infancia continúan con la enfermedad en la edad adulta.
El asma tiene un componente hereditario y la mayoría de los pacientes asmáticos tienen predisposición genética para desarrollar la enfermedad.
En Costa Rica, los estudios realizados han confirmado que alrededor del 25-30% de los adolescentes menores de 17 años padecen de asma.
Debido a la proclividad de la población costarricense a tener enfermedades alérgicas, como resultado de la diversidad y riqueza de flora en el país, los niveles de ácaros, pólenes, mascotas, y clima, entre otros factores, son muy altos y contribuyen a la prevalencia de la enfermedad.
El especialista enfatiza que para controlar la enfermedad es fundamental que los pacientes aprendan a identificar qué desencadena sus crisis de asma y eviten la exposición a estos factores.
Factores que desencadenan el asma
Los principales desencadenantes de las crisis asmáticas tienen que ver con infecciones respiratorias, cambios de temperatura, contaminación ambiental, el fumado de primera, segunda y tercera mano, olores fuertes, polvo y ácaros.
Con un adecuado control del asma, los pacientes pueden disfrutar de una vida normal, participar en actividades deportivas y sociales sin limitaciones y no sufrir las crisis frecuentes que antes eran más comunes.
A mayor conocimiento que se tenga de la enfermedad, mayor y mejor calidad de vida tendrá la persona.