Un video de un funeral en Cartago se hizo viral en redes sociales. Al ritmo de música, el himno del Club Sport Cartaginés y bailes fue la tónica de la procesión camino al cementerio. Adrián Granados Núñez conocido en el Mercado de Cartago como Pitbull pidió en vida que lo despidieran así, con alegría, sin una lágrima. El Guardián se puso en contacto con uno de sus amigos cercanos, don Alejandro Zúñiga Maroto conocido como Chambers, este nos contó la parte más humana de estas honras fúnebres.

«Un gran amigo, un gran socio, anduvimos los buses del Cartaginés por todos los estadios de Costa Rica»

«Un gran amigo, un gran socio, anduvimos los buses del cartaginés por todos los estadios de Costa Rica con él y con la afición del Cartaginés, parte del mercado y muy querido por la afición» comienza así su relato Chambers.

El porqué de la celebración

«Él en vida había dicho que si algún día él muriera, que no lloráramos, que él quería que le hicieran una fiesta. A él le gustaba mucho Michael Jackson y el rock and roll. Hace tres días él se puso una camisa y se hizo un nudo, y le pusieron una canción ahí donde los chinos (a un costado del parque Jesús Jiménez) y empezó a bailar. Dice que, si en algún día me muero, me hacen con la tumba cocos una despedida, no lloren, sino que disfruten y hagan una fiesta en mi entierro. Como que él lo presentía» comenta don Alejandro Zúñiga.

«Sería ingrato decir que soy el mejor amigo, uno de los más cercanos me considero, pero somos muchos. EL mercado se rige, nosotros tenemos la afición del cartaginés, pero nosotros también tenemos la hermandad, que hay de todos los equipos en Cartago, pero nosotros nos respetamos» indica don Alejandro de la camaradería del Mercado de la vieja metrópoli.

«Nosotros entre la afición del mercado lo que hacemos cuando vamos a algún lado es montar la fiesta. Somos la parte del folclor, empezamos a contar chiles, bailar y disfrutar. Lo que estábamos haciendo ahí era un honor a él. Respetando las opiniones de todas las personas porque no todos van a estar de acuerdo, pero fue lo que él quería en vida. Uno cierra los ojos y no lo cree. Hace poquito estuvo ahí. De pronto se enferma y se lo llevan para el hospital y nos dicen que está grave. Hay que admirarlo, porque era donante de órganos» resalta don Alejandro Zúñiga «Chambers».

«A la familia entre su tristeza le dimos un poco de alegría, porque le pedimos permiso. Ya eso queda como un precedente para que alguien que quiera que le hagan la despedida así, si están cerca nosotros nos acercamos, nosotros vamos» agregó Zúñiga.

Funerales, unión y ayuda social

En el Mercado de Cartago hay amistad y sentido de pertenencia. Para estas personas es un lugar de suma importancia en sus vidas y por eso representa tanto en vida como en su descanso eterno.

«Cuando el entierro está cerca del mercado sale un mariachi y lo topa, ese es otro espectáculo. Otra vez metimos a un muchacho muy querido en hombros, casi nos sacan del mercado, se puso bravísimo el administrador, yo le dije a él que él había dicho que cuando se muriera con el respeto de la municipalidad y del mercado, lo metimos al mercado y lo sacamos. Con Adrián no, paramos, hicimos el honor y seguimos» cuenta Alejandro Zúñiga.

Ayuda social

«También ayudamos a gente necesitada que no tiene familia. Vamos a la funeraria, compramos una cajita humilde y el entierro, luego paso con una cajita recogiendo, porque nos lo da fiado la Funeraria Valle de Paz. Ellos se ponen la mano en el corazón y nos hacen precio cuando es un indigente o alguna persona que no tiene medios para enterrarlo, ellos ayudan a la afición del mercado. Hasta el que vende un banano coopera hasta el empresario fuertísimo» asegura Zúñiga.

¿Qué le diría a la gente?

«Cuando un ser querido fallece, sean fuertes y que tal vez si algún familiar quiere que lo despidan así, que lo hagan como él dice. Hay que disfrutar el momento porque de un momento a otro dejamos de estar acá en la tierra. Adrián estaba bueno y sano y luego nos dieron ese bombazo. Claro respetando todas las opiniones, aunque no se esté de acuerdo» cuenta Chambers.

«Mil disculpas si alguien se siente mal por eso, pero consideren que si en algún momento ocupan que llegue la afición del mercado, que lleguemos a algún lado con respeto a la familia ahí estaremos. Si hay que ayudar el féretro ahí estamos, si hay que ponerle emoción también vamos.  A veces no salimos de donde está el difunto para estar afuera acompañando, para que no estén solos» concluye don Alejandro.